El gallito de las piedras

En un pequeño pueblo, vivía un gallito de las piedras llamado Panchito, que era conocido por su malvado comportamiento. Panchito siempre se burlaba de los demás animales y disfrutaba causando problemas.

Un día, cansados de sus travesuras, los demás animales del pueblo decidieron buscar una solución para cambiar su actitud. Decidieron pedir ayuda a la sabia tortuga Doña Rita, conocida por su sabiduría y paciencia. "Doña Rita, por favor ayúdenos.

Panchito no deja de causar problemas y necesitamos encontrar una forma de que cambie su comportamiento", suplicaron los animales. Doña Rita les escuchó atentamente y les habló sobre la importancia de la empatía y la amabilidad.

Les propuso que cada animal se acercara a Panchito para contarle una historia acerca de la importancia de ser amable y solidario. Los animales, con esperanza, se dispusieron a llevar a cabo el plan. El primer animal en acercarse a Panchito fue Lucas, el conejo.

Con paciencia, le contó historias de amistad y colaboración, mostrándole que la bondad era el camino hacia la verdadera felicidad. A pesar de la indiferencia inicial de Panchito, Lucas no se rindió y continuó sus esfuerzos.

El

siguiente en intentarlo fue Martín, el zorro, quien compartió relatos sobre cómo la amistad puede alegrar el corazón de cualquiera. Panchito, poco a poco, comenzó a reflexionar sobre sus acciones y cómo estas afectaban a los demás. Después, María, la oveja, le habló sobre la importancia de la compasión y el apoyo mutuo.

A medida que más animales se acercaban a Panchito, éste empezó a comprender la importancia de ser amable y amoroso. Finalmente, Panchito se disculpó con todos los animales del pueblo, prometiendo cambiar su comportamiento.

A partir de ese día, Panchito se convirtió en un gallito de las piedras amable y solidario, compartiendo su tiempo ayudando a los demás y construyendo una comunidad más unida y feliz.