El gallo protector


Un día, Francesco decidió ir al mercado con su mamá. Mientras caminaban por los puestos de verduras y frutas, vieron a un anciano vendiendo gallinas.

Francesco se acercó al anciano y le preguntó si tenía alguna gallina que pudiera llevarse a casa. El anciano sonrió y sacó una hermosa gallina blanca del corral. "Esta es la mejor gallina que tengo", dijo el anciano. "Pone muchos huevos y es muy amigable".

Francesco estaba encantado con la gallina, pero luego recordó su miedo al gallo. Le preguntó al anciano si también tenía un gallo. "Sí, lo tengo", respondió el anciano. "Es un gran protector de las gallinas, pero no te preocupes, no te lastimará".

Francesco dudaba todavía en llevarse el gallo a casa junto con la gallina blanca. Pero finalmente decidió darle una oportunidad y llevárselos a ambos. Cuando llegaron a casa, Francesco construyó un pequeño corral en el jardín para las dos aves.

La gallina comenzó a poner huevos todos los días y Francesco se convirtió en su cuidador favorito. Un día mientras jugaba con sus amigos en el jardín, escucharon ruidos extraños provenientes del corral de las aves.

Algo había asustado a la gallina y esta había dejado de poner huevos por unos días. Francesco fue corriendo hacia allí para ver qué estaba pasando cuando noto que alguien había intentado robar sus queridas aves.

Se dio cuenta entonces de que el gallo era un gran protector y que no tenía nada de qué preocuparse. Después de eso, Francesco se dio cuenta de que no tenía por qué tener miedo al gallo.

En lugar de eso, aprendió a respetarlo como un guardián valiente y protector. Desde ese día en adelante, Francesco cuidó con más cariño a sus gallinas y nunca volvió a temerle al gallo.

Él sabía que su amistad era una lección importante sobre el valor del respeto hacia los demás seres vivos.

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