El gallo y la oveja


Había una vez un grupo de animales que vivían en una granja, entre ellos estaba Bartolito, el gallo más valiente y astuto de todos. Él era muy competitivo y siempre quería ser el mejor en todo lo que hacía.

Un día, los animales se reunieron para organizar una carrera. La carrera consistía en dar la vuelta al granero tres veces y volver al punto de partida.

Todos los animales estaban emocionados por participar, pero Bartolito estaba seguro de que él iba a ganar. La carrera comenzó y los animales salieron disparados hacia el granero.

Bartolito corría muy rápido y pronto tomó la delantera, pero cuando llegó a la esquina del granero, resbaló sobre un charco de lodo y cayó al suelo. Los demás animales siguieron corriendo sin detenerse a ayudarlo. Pero entonces apareció Lila, la ovejita más dulce del lugar, quien se acercó a Bartolito para ayudarlo a levantarse.

"¡Gracias Lila! Pero no puedo seguir corriendo así" -dijo Bartolito desanimado. "No te preocupes amigo mío", respondió Lila con ternura-. "Podemos hacer equipo juntos". Lila sugirió que ella llevara a Bartolito encima mientras ella corría.

Al principio fue difícil porque eran dos cuerpos diferentes moviéndose juntos; sin embargo, después de un par de vueltas lograron coordinarse perfectamente y terminaron ganando la carrera. Todos los demás animales aplaudieron emocionados por este increíble trabajo en equipo entre estos dos amigos inesperados.

A partir de ese momento, Bartolito aprendió que la competición no lo era todo y que el compañerismo y la cooperación eran mucho más valiosos.

Desde entonces, Bartolito se convirtió en un gran líder entre los animales de la granja, enseñando a todos sobre el valor del trabajo en equipo y cómo juntos pueden lograr grandes cosas. Y así, la granja fue un lugar lleno de armonía y amistad gracias a las enseñanzas de Bartolito y Lila.

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