El Gatito Aventurero


Josefina era una niña muy activa y aventurera. Le encantaba pasar sus tardes jugando en el jardín con sus perros Manteca y Mencho, corriendo detrás de ellos y haciéndolos saltar por los aires.

Un día, mientras paseaba con su bicicleta nueva, Josefina se encontró con un pequeño gatito que maullaba desesperadamente. Al acercarse, se dio cuenta de que estaba herido en una pata y no podía moverse. "Pobrecito gatito, ¿qué te ha pasado?", preguntó Josefina preocupada.

El gato maulló lastimosamente en respuesta. Sin pensarlo dos veces, Josefina decidió ayudarlo. Con mucho cuidado lo tomó entre sus brazos y lo llevó hasta su casa para curarlo.

Durante los siguientes días, Josefina dedicó todo su tiempo a cuidar del gatito herido. Lo alimentaba con leche tibia en un biberón especial para animales pequeños y le daba medicinas para aliviarle el dolor.

Mientras tanto, Manteca y Mencho seguían jugando en el jardín pero ahora también estaban pendientes del nuevo amigo de Josefina. Se acercaban lentamente al gato para olfatearlo pero nunca intentaron hacerle daño. Después de varios días de cuidados intensivos, el gato finalmente comenzó a recuperarse.

El vendaje que cubría su pata había cumplido su función y ahora sólo necesitaba descansar un poco más antes de poder volver a jugar como antes.

Josefina estaba feliz porque había logrado salvar la vida del pequeño animal y además había aprendido mucho sobre cómo cuidar de otros seres vivos. También se había dado cuenta de que Manteca y Mencho eran unos perros muy amigables y protectores, capaces de convivir pacíficamente con otros animales.

A partir de ese día, Josefina decidió que quería estudiar veterinaria cuando fuera grande para ayudar a más animales necesitados como el gato herido. Y mientras tanto, seguía disfrutando de sus tardes en el jardín junto a sus fieles amigos caninos y felino.

Dirección del Cuentito copiada!