El gato aventurero y la nave espacial



Había una vez en un tranquilo vecindario de Buenos Aires, un gato llamado Tito. A Tito le encantaba explorar los tejados de las casas, desde donde podía observar todo a su alrededor. Un día, mientras Tito descansaba en el tejado de su casa, escuchó un ruido extraño en el cielo. Levantó la mirada y se encontró con algo increíble: una nave espacial gigante descendiendo lentamente.

Tito se quedó boquiabierto. No podía creer lo que veía. La nave aterrizó suavemente en el jardín de una casa cercana, y Tito, curioso como siempre, decidió investigar.

Al acercarse, vio que la puerta de la nave se abría lentamente. Con mucho cuidado, se coló dentro y descubrió que estaba llena de luces parpadeantes y botones brillantes. De repente, un pequeño ser verde con ojos grandes y brillantes salió de una puerta lateral. Tito se quedó atónito, pero el extraterrestre le sonrió amigablemente.

-'Hola, gatito curioso', dijo el extraterrestre con una voz suave. 'Soy Zog, un explorador de otro planeta. Estoy aquí para aprender sobre la vida en la Tierra.'

Tito, asombrado, respondió: -'¡Hola, Zog! Soy Tito, un gato aventurero. ¿Puedo ayudarte en tu misión?'

Zog se emocionó al ver la disposición de Tito y aceptó encantado. Juntos, exploraron el vecindario, conocieron a los vecinos y aprendieron sobre la vida en la Tierra. Tito descubrió que la curiosidad y la valentía pueden llevarlo a aventuras inimaginables.

Después de un emocionante día, Zog agradeció a Tito por su ayuda y prometió regresar algún día. La nave despegó lentamente y desapareció en el cielo estrellado.

Tito regresó a su casa con una nueva perspectiva sobre el mundo y sabiendo que las aventuras siempre están ahí fuera, esperando para ser descubiertas.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!