El Gato con Botas y el Amor Real
Había una vez un gato muy astuto y simpático que vivía en un molino junto a un bondadoso molinero y sus tres hijos: Juan, Pedro y María.
Este gato no era un gato común, ¡era un gato con botas! Sí, unas botas relucientes que lo hacían ver muy elegante. Un día, el gato decidió hacer algo especial por su familia. Había escuchado que el rey estaba triste porque nadie le había dicho cuánto lo amaban.
Sin dudarlo ni un segundo, el gato se puso sus botas y se encaminó hacia el castillo del rey. Al llegar al castillo, el guardia lo miró sorprendido. "¿Qué hace aquí este gato con botas tan bonitas?", preguntó curioso.
El astuto gato respondió con seguridad:"Vengo a ver al rey para decirle cuánto lo amo". El guardia, impresionado por la valentía del minino, lo dejó pasar.
El gato se adentró en el castillo y finalmente llegó ante el trono del rey. "¡Oh majestuoso rey! Vengo en representación de mi familia para decirte que te amamos profundamente", anunció el gato con voz firme.
El rey, emocionado y sorprendido por las palabras del felino, le preguntó cómo podía demostrarles tanto amor. "Mi querido rey", dijo el gato sacando de su bolsa un regalo envuelto con mucho cariño. "Aquí tienes este presente como muestra de nuestro afecto".
El rey abrió el regalo con entusiasmo y descubrió una hermosa pintura que retrataba la grandeza de su reinado. "¡Es maravilloso! ¡Nunca antes había recibido algo tan bello!", exclamó emocionado.
El rey agradeció al gato con botas y le prometió ser más atento con su pueblo a partir de ese momento. El felino se despidió orgulloso y regresó al molino para contarles alegremente lo ocurrido a su familia. Juan, Pedro y María estaban asombrados por la valentía y generosidad de su amigo animal.
"¡Eres increíble, Gato! Gracias por enseñarnos que siempre podemos hacer algo bueno por los demás", expresaron los tres hermanos al unísono.
Desde ese día, la familia del molinero aprendió la importancia de expresar sus sentimientos hacia los demás y seguir el ejemplo del valiente Gato con Botas. Juntos compartieron muchas aventuras más llenas de amor y generosidad. Y colorín colorado, este cuento ha terminado pero espero haya dejado semillas de bondad en tu corazón.
FIN.