El gato del cielo



Había una vez un niño llamado Juan que tenía un hermano mayor llamado Torito que vivía en el cielo. Aunque no podían jugar juntos como antes, Juan sabía que su hermano lo amaba y siempre estaba cerca de él.

Un día, mientras caminaba por el parque, Juan se encontró con un gato callejero. El gato parecía asustado y hambriento, así que Juan decidió llevarlo a casa para cuidarlo.

Cuando llegaron a casa, el gato empezó a maullar muy fuerte y saltó al regazo de Juan. En ese momento, algo mágico sucedió: las mariposas comenzaron a volar alrededor de ellos y una voz suave dijo:- Hola Juan, soy Torito.

Juan miró sorprendido alrededor pero no vio nada más allá del gato en su regazo. Pero entonces recordó la forma en que Torito solía hablar con él cuando era pequeño; siempre jugaban juntos e inventaban historias fantásticas sobre animales mágicos y lugares lejanos.

- ¿Torito? - preguntó emocionado - ¿Eres tú? - Sí, soy yo - respondió la voz - Estoy aquí para ayudarte a cuidar de este pequeño amigo tuyo.

A partir de ese momento, cada vez que Juan necesitaba ayuda o compañía especial, las mariposas aparecían junto con la voz de Torito para guiarlo. Juntos alimentaron al gato callejero y lo adoptaron como mascota de la familia. Pero un día el gato desapareció sin dejar rastro. Juan estaba triste y preocupado por su mascota.

Fue entonces cuando las mariposas aparecieron de nuevo y Torito le dijo:- No te preocupes hermano, siempre estaré contigo para ayudarte a superar cualquier obstáculo que se presente.

Juan entendió que, aunque su hermano ya no estaba físicamente con él, siempre lo acompañaría en espíritu y lo guiaría en los momentos difíciles. Así, Juan aprendió la importancia del amor incondicional y cómo el recuerdo de un ser querido puede ser una fuente de fortaleza para seguir adelante.

Y nunca olvidó a su amado gato callejero ni a su hermano Torito, quienes siempre estarían presentes en su corazón.

FIN.

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