El gato mágico y el rey afortunado


Había una vez en un pequeño pueblo, un molinero que vivía con sus tres hijos.

El molinero trabajaba día y noche para asegurarse de que sus hijos tuvieran todo lo que necesitaban, pero a pesar de su arduo trabajo, la familia apenas tenía suficiente para sobrevivir. Un día, el molinero decidió vender su último tesoro: un viejo gato negro que había sido su fiel compañero durante años.

Los tres hijos del molinero se entristecieron al enterarse de la noticia, ya que el gato era como un miembro más de la familia. El gato, por otro lado, no estaba preocupado en absoluto.

Sabía que era inteligente y astuto, y estaba seguro de que encontraría una manera de ayudar a la familia del molinero. Así que decidió emprender un viaje hacia el castillo del rey.

Al llegar al castillo, el gato pidió audiencia con el rey y le dijo:- ¡Su Majestad! He venido a ofrecerle un regalo en nombre del molinero. Él le ama profundamente y quiere mostrarle su gratitud con este humilde obsequio. El rey, sorprendido por las palabras del gato, aceptó curioso ver qué regalo le traían.

El gato entonces sacó una bolsita de tela llena de granos de trigo y dijo:- Estos son granos mágicos que tienen el poder de multiplicarse cien veces si se siembran en tierras fértiles.

El molinero desea compartir esta maravilla con usted para ayudar a su pueblo a prosperar. El rey quedó impresionado por la generosidad del molinero y agradeció al gato por llevarle tan valioso regalo. Decidió entonces premiar al molinero y sus hijos con tierras fértiles donde podrían sembrar los granos mágicos.

Los tres hijos del molinero se sintieron abrumados por tanta bondad y prometieron trabajar duro para aprovechar esa oportunidad.

Gracias al ingenio del astuto gato y a la generosidad del rey, la familia del molinero pudo salir adelante y prosperar como nunca antes. Y así, el pequeño pueblo fue testigo de cómo un simple gesto de gratitud se transformó en una bendición para todos sus habitantes gracias al amor incondicional entre un hombre, su fiel mascota y la nobleza real.

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