El gato Michu y su sueño de león
En un pequeño barrio de Buenos Aires, vivía un gato llamado Michu. Era un gato curioso y juguetón, que pasaba sus días explorando el jardín de su casa. Un día, mientras jugaba en el patio, escuchó a su vecino, un loro llamado Lolo, charlar con otros animales sobre lo grandioso que era ser un león.
"¡Los leones son los reyes de la selva!" - decía Lolo. "Son fuertes, valientes y tienen una melena que impresiona a todos".
Eso hizo que Michu se sintiera un poco pequeño y aburrido. Entonces, decidió que quería convertirse en un león. Se acercó al loro, lleno de entusiasmo.
"¡Lolo! ¡Yo quiero ser un león!" - exclamó Michu, estirando sus patitas.
Lolo, tras un instante de sorpresa, empezó a reírse.
"Pero Michu, sos un gato, y los gatos no pueden ser leones".
"¡Pero yo quiero!" - insistió Michu, con la determinación brillando en sus ojos.
Al día siguiente, Michu comenzó su búsqueda del gran cambio. Se miró en el espejo y decidió que lo primero que necesitaba era una melena impresionante. Buscó en la casa de su dueño, donde encontró un viejo pelaje de disfraz de león de un carnaval anterior.
Se lo puso y se miró con orgullo.
"¡Miren mi melena! ¡Soy un león!" - rugió emocionado.
Entonces salió al patio, se plantó frente a Lolo y le dijo:
"¿Ves? ¡Soy un león!".
Lolo lo miró con una mezcla de incredulidad y risa.
"¡Eso sólo es un disfraz! Un león no es sólo una melena, ¡sino un montón de cualidades!".
Un poco desalentado, pero aún decidido, Michu pensó que necesitaría más que un disfraz. Así que decidió entrenar. Cada mañana, corría por el jardín, saltaba altas ramas, y hasta intentaba rugir. Pero, a pesar de su esfuerzo, se sentía fatigado y su rugido no era más que un pequeño maullido.
Un día, se encontró con una tortuga sabia llamada Tula, que observaba a Michu desde su rincón del jardín.
"Hola, Michu. Te veo muy esforzado. ¿Por qué quieres ser un león?" - le preguntó Tula con su voz suave.
"¡Porque quiero ser fuerte y valiente!" - respondió Michu, con su copete de pelo al viento.
"Ser fuerte y valiente no es sólo cuestión de apariencia. La valentía y la fuerza vienen del corazón. Además, cada uno de nosotros tiene nuestras propias cualidades únicas. La pregunta es: ¿Quieren jugar a ser lo que no son, o intentamos ser las mejores versiones de nosotros mismos?".
Esas palabras resonaron en el corazón de Michu. Pasó un tiempo reflexionando. Entonces, se dio cuenta de que no necesitaba ser un león para ser fuerte y valiente. La verdadera valentía era ayudar a sus amigos, jugar con ellos y defender lo que ama.
Decidió hacer algo especial, así que un día organizó un teatro de títeres en el patio y invitó a todos los animales del barrio.
"¡Hoy presentaré la historia de un pequeño gato que se convirtió en el héroe del día!" - anunció Michu con una gran sonrisa.
Sus amigos llegaron y Michu, a pesar de no ser un león, les mostró que ser un héroe no estaba relacionado con la fuerza física o la apariencia. Con su ingenio y creatividad, logró unir a todos en una maravillosa tarde de diversión.
Al final del show, Lolo se quedó impresionado.
"¡Esa fue la mejor actuación que he visto! Michu, quizás no seas un león, pero tenés un gran corazón".
Desde ese día, Michu nunca volvió a desear ser un león. Aprendió que, aunque los leones son impresionantes, él también tenía su propio rol especial como gato. Y así, Chester el gato, siguió siendo un héroe en su pequeño mundo, demostrando que lo más importante no es qué eres por fuera, sino qué eres por dentro.
FIN.