El Gato Montes que Quería Hablar Inglés
Había una vez, en los frondosos bosques de España, un gato montes llamado Miauco. A diferencia de los otros gatos de su entorno, que se dedicaban a cazar ratones y jugar entre los árboles, Miauco tenía un sueño: quería aprender a hablar inglés. Había escuchado de un grupo de turistas que venían al bosque cada verano, quienes siempre decían palabras extrañas y divertidas. Miauco estaba fascinado por eso y pensaba que si aprendía inglés, podría hacerse amigo de estos nuevos visitantes.
Una tarde, Miauco decidió que era hora de hacer algo al respecto. Caminó hasta la parte más profunda del bosque, donde vivía la sabia lechuza llamada Doña Pía.
-Miauco, querido, ¿qué te trae por aquí? - le preguntó Doña Pía con su voz suave.
-Quiero aprender a hablar inglés, Doña Pía - respondió Miauco, emocionado -. He oído a los turistas y me gustaría ser su amigo.
La lechuza sonrió, pero también se preocupó. Ella sabía que aprender un idioma no era fácil, especialmente en el bosque.
-Por supuesto, Miauco. Pero aprender inglés tomará tiempo y esfuerzo. ¿Estás dispuesto a trabajar duro?
-Sí, haré lo que sea necesario - contestó Miauco lleno de entusiasmo.
Así, Doña Pía le dijo que comenzaran con las palabras más simples. -Repítelas conmigo: ‘Hello’ significa ‘Hola’ y ‘Thank you’ es ‘Gracias’.- Miauco repetía cada palabra con dedicación, mientras la lechuza le enseñaba pronunciaciones y frases básicas.
Los días pasaron, y Miauco no solo aprendía a repetir las palabras, sino que también comenzó a entender el significado detrás de ellas. Sin embargo, había un pequeño problema: como pasaba tanto tiempo aprendiendo con Doña Pía, olvidaba jugar con sus amigos y su energía se fue apagando.
Un día, una familia de turistas llegó al bosque. Miauco estaba ansioso por practicar lo que había aprendido. Sin embargo, al intentar acercarse, se dio cuenta de que los otros animales estaban jugando y riendo.
-Miauco, ven a jugar con nosotros - le gritó su amigo Conejito, saltando de un lado a otro.
-Espera, estoy practicando mi inglés - respondió Miauco, sintiéndose dividido.
Pero entonces, Miauco tuvo una idea. -¿Y si los invito a jugar en inglés? Así podré practicar y divertirme a la vez.-
Se armó de valor y se acercó a los turistas. -Hello! - dijo tímidamente. Los turistas lo miraron con sorpresa.
-¡Miren, un gato montés que habla! - exclamó una niña.
-Yes! - continuó Miauco, sintiéndose más confiado. -Do you want to play with me? (¿Quieren jugar conmigo? )
Los turistas se rieron y decidieron unirse a él. Jugaron a las escondidas y Miauco se dio cuenta de que podía comunicarse con ellos, no solo gracias al inglés que había aprendido, sino también gracias a su entusiasmo y alegría.
A partir de ese día, Miauco no solo hizo nuevos amigos humanos, sino que también explicó a sus amigos del bosque las palabras en inglés. Conejito, Ardillita y todos comenzaron a aprender un poco, transformando sus juegos en una mezcla divertida de español e inglés.
Las estaciones cambiaron, y aunque Miauco había trabajando duro, se dio cuenta de que lo más importante no era solo aprender un idioma, sino disfrutar de la vida, la amistad y la naturaleza.
Un día, mientras contemplaban el atardecer, Miauco dijo: -Gracias, Doña Pía. Aprender un idioma es como jugar, unidos podemos entendernos mejor.
Y así, no solo Miauco se convirtió en un experto en inglés, sino que también enseñó a otros animales que aprender puede ser divertido cuando lo hacemos juntos.
Y desde entonces, cada verano, los turistas no solo venían a disfrutar del hermoso bosque español, sino que también disfrutaban de un pequeño gato montés que les enseñaba a decir —"hola" y “gracias” en su propio idioma. Fue una hermosa conexión que unió a todos en alegría y amistad, demostrando que las barreras del lenguaje pueden romperse con un poco de valentía y un montón de diversión.
FIN.