El Gato Oliver y los 3 ratoncitos



Había una vez un gato llamado Oliver que vivía en un hermoso jardín. Un día, Oliver encontró tres lindos ratoncitos jugando cerca de su casa. Los ratoncitos eran juguetones y traviesos, y a Oliver le encantaba observarlos.

-Hola, pequeños ratoncitos, ¿qué hacen por aquí? -les preguntó con curiosidad. Los ratoncitos, un poco asustados, le respondieron que solo estaban jugando y buscando alimentos. Oliver les sonrió y les dijo: -No se preocupen, no voy a lastimarlos.

Pero recuerden que en el jardín hay peligros, así que tengan cuidado. Los ratoncitos asintieron y agradecieron los consejos de Oliver. Pasaron los días, y Oliver seguía viendo a los ratoncitos jugar y crecer juntos.

Un día, una fuerte lluvia inundó el jardín, y los ratoncitos se quedaron atrapados en una pequeña cueva. Oliver, preocupado por sus amigos, fue a ayudarlos. -¿Están bien, ratoncitos? -preguntó. Los ratoncitos, asustados y mojados, le respondieron que tenían miedo.

-No se preocupen, los llevaré a un lugar seguro -dijo Oliver. Con mucho cuidado, Oliver trasladó a los tres ratoncitos a un lugar seco y protegido. Los ratoncitos se sintieron aliviados y agradecidos.

Desde ese día, los ratoncitos aprendieron a escuchar los consejos de Oliver y a estar atentos a los peligros. Y Oliver los cuidaba como si fueran parte de su familia. Moraleja: A veces, los consejos de alguien mayor pueden ayudarnos a estar seguros y protegidos. Y la amistad puede estar en quien menos lo esperamos.

FIN.

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