El gato sabio de Rabat
Había una vez en la hermosa ciudad de Rabat, en Marruecos, cuatro niños marroquíes que se llamaban Amina, Youssef, Leila y Omar. Eran buenos amigos y les encantaba jugar juntos en las calles de la ciudad.
Una noche, mientras jugaban a las escondidas, se perdieron. - ¡Amina! ¿Dónde estás? -gritaba Youssef preocupado. - ¡Aquí no estás! -exclamaba Leila buscando entre las sombras. - ¡Omar! ¿Estás bien? -preguntaba Amina con los ojos llenos de lágrimas.
Los cuatro niños se miraron con miedo al darse cuenta de que estaban solos en medio de la oscuridad. No sabían cómo regresar a sus hogares y el temor comenzó a apoderarse de ellos.
De repente, escucharon un suave maullido y vieron acercarse a un gato callejero. El animalito los miró con curiosidad y comenzó a caminar por delante de ellos como si quisiera guiarlos. - Creo que este gato nos quiere mostrar el camino -dijo Omar con esperanza en su voz.
Los niños decidieron seguir al gato callejero, quien los llevó por intrincados callejones y laberintos hasta llegar a un viejo zoco donde encontraron a un anciano sentado frente a una fogata. - Buenos niños, veo que están perdidos.
¿Cómo puedo ayudarlos? -dijo el anciano con una sonrisa amable. Los pequeños contaron su historia al anciano, quien les ofreció té caliente y les dio instrucciones para regresar seguros a sus hogares.
Les explicó cómo usar los puntos cardinales para orientarse en la ciudad y les recomendó siempre mantenerse juntos para no perderse nuevamente.
Con las indicaciones del sabio anciano y siguiendo las estrellas como guía en aquella noche despejada, Amina, Youssef, Leila y Omar lograron encontrar el camino de regreso a sus casas. Al llegar cada uno abrazó emocionado a sus padres quienes habían estado angustiados por su ausencia.
Desde esa noche aprendieron la importancia de estar juntos, ser valientes ante los desafíos y nunca perder la esperanza incluso en los momentos más oscuros. Los cuatro amigos siguieron jugando juntos pero ahora siempre recordaban llevar consigo una brújula para nunca más extraviarse por las calles de Rabat.
FIN.