El gato y el nuevo integrante



Había una vez un gato llamado Simón, que vivía felizmente con su familia humana. Disfrutaba de largas siestas al sol, de mimos y de deliciosas latas de comida.

Sin embargo, un día todo cambió cuando su familia humana decidió adoptar un nuevo gato llamado Mishi. Simón se sintió confundido y un poco celoso al principio. "¿Quién es este intruso? ¡Mi territorio está siendo invadido!" pensó Simón con descontento.

Mishi, por su parte, se mostraba curioso y juguetón, tratando de ganarse el cariño de su nueva familia. Simón se mostraba distante y gruñón, no le gustaba compartir su espacio y mucho menos su comida. Con el tiempo, Simón y Mishi encontraron pequeñas formas de convivir juntos.

Simón aprendió a compartir la atención de su familia humana, mientras que Mishi aprendió a respetar el espacio personal de Simón. Juntos descubrieron que podían divertirse jugando y persiguiéndose por toda la casa.

Simón comenzó a comprender que la llegada de Mishi no significaba que sería menos querido, sino que tendría un compañero con quien compartir aventuras. La familia humana se alegró al ver a los dos gatos convivir en armonía.

Simón y Mishi se convirtieron en grandes amigos, y aunque a veces tenían sus diferencias, aprendieron a respetarse mutuamente. Simón ya no se sentía solo, ahora tenía a alguien con quien compartir sus travesuras y travesuras. Al final, Simón y Mishi descubrieron que dos gatos en casa significaban el doble de amor y diversión.

FIN.

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