El Gato y la Montaña Mágica



En un pequeño pueblo al pie de una gran montaña, vivía un curioso gato llamado Nube. Nube era un gato aventurero, siempre soñando con explorar más allá de los jeroglíficos de su casa. Un día, mientras pasaba el rato en el tejado, divisó la cima de la montaña brillante con un resplandor especial.

"¿Qué habrá allí arriba?", se preguntó Nube, sus ojos brillando con emoción.

Decidido a descubrirlo, Nube comenzó su ascenso. En su camino, se encontró con varios animales del bosque que le avisaron:

"¡Cuidado, Nube! La montaña puede ser traicionera y no todo lo que brilla es oro."

Pero Nube, lleno de intriga, respondió:

"Llevaré cuidado, pero debo saber qué es ese resplandor. ¡No puedo quedarme con la duda!"

Los animales intentaron disuadirlo, pero su determinación era fuerte. Así que siguió subiendo, enfrentándose a obstáculos como piedras resbaladizas y ríos de agua helada. En el camino, encontró a un viejo búho que lo observaba con curiosidad.

"¿Por qué subes, pequeño gato?" preguntó el búho.

- “Quiero descubrir el brillo de la cima. ¡Me siento valiente!"

El búho sonrió sabiamente:

"La valentía es importante, pero también lo es la sabiduría. Escucha a tu corazón y no olvides que el viaje es tan importante como la meta."

Nube continuó su camino, y a medida que subía, el camino se tornaba más complicado. Sin embargo, cada dificultad le enseñaba una lección: aprender a saltar más alto, a trepar con astucia y a encontrar caminos alternativos. Además, en cada parada, ayudaba a otros animales en apuros: una ardilla atrapada en una rama, un pincel de colores que se había perdido.

Finalmente, después de un largo viaje, llegó a la cima de la montaña. Allí encontró una piedra brillante que emitía colores fascinantes.

"¡Lo encontré! ¡Es hermoso!" exclamó Nube. Pero al acercarse, se dio cuenta de que la luz provenía de un montón de cristales que, al ser tocados, proyectaban colores danzantes por el cielo.

Nube sintió una alegría inmensa y decidió que debía compartir su hallazgo con sus amigos del pueblo. Corrió montaña abajo, emocionado de contarles lo que había encontrado.

Cuando llegó, reunió a todos los animales del bosque:

"¡Amigos, el brillo de la montaña es mágico! Pero lo más valioso no es solo el tesoro, ¡sino el viaje que hemos compartido y lo que hemos aprendido en el camino!"

Un ratón curioso le preguntó:

"¿Qué aprendiste, Nube?"

"Aprendí sobre la valentía, la amistad, y la importancia de ayudar a los demás. Los colores de la montaña son hermosos, pero el verdadero brillo está en cómo nos apoyamos entre nosotros durante las dificultades."

Todos los animales aplaudieron y Nube decidió construir un pequeño lugar en la cima donde todos pudieran disfrutar de los colores juntos. Desde entonces, todos los animales del bosque se reunían allí a menudo, disfrutando de la belleza del paisaje, pero sobre todo, de la amistad que habían formado.

Y así, el valiente Nube, el gato aventurero, no solo encontró la luz en la montaña, sino también el brillo de la solidaridad y la amistad.

"Nunca dejen de explorar y aprender de su camino, amigos", concluyó Nube con una sonrisa, mientras observaban los colores unidos bajo el cielo.

FIN.

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