El gato y sus amigos


En un pequeño bosque vivía un gato llamado Simón. Simón era un gato amigable que siempre trataba de llevarse bien con todos los animales del bosque. Un día, Simón se encontró con su amigo perro.

-¡Hola Simón! ¿Cómo estás hoy? -dijo el perro con entusiasmo. -Hola, amigo perro. Estoy bien, gracias por preguntar -respondió Simón con una sonrisa. Juntos, caminaron por el bosque hasta que se toparon con un ratón.

-¡Hola amigos! ¿A dónde van tan felices? -preguntó el ratón emocionado. -Hola ratón, vamos de paseo por el bosque. ¿Quieres acompañarnos? -dijo Simón amablemente. El ratón aceptó encantado y se unió al paseo. Mientras caminaban, encontraron a un conejo que estaba buscando comida.

-¡Hola amigos! ¿Han visto alguna zanahoria por aquí? -preguntó el conejo. -¡Hola conejo! No, no hemos visto ninguna zanahoria, pero si quieres, únete a nuestro paseo. Será divertido -invitó Simón con amabilidad. El conejo sonrió y se unió al grupo.

De repente, escucharon la risa escandalosa de un loro que estaba posado en una rama. -¡Hola amigos! ¡Qué alegría verlos! -exclamó el loro con entusiasmo. -Hola loro, ¿te gustaría unirte a nuestro paseo? -preguntó Simón cortésmente.

El loro aceptó emocionado y juntos continuaron su paseo por el bosque. A medida que caminaban, todos compartían historias, se reían juntos y disfrutaban de la compañía mutua. Sin embargo, llegó un momento en que el loro comenzó a burlarse del ratón por su tamaño.

El ratón se entristeció y se apartó del grupo. Simón, al darse cuenta de lo sucedido, se acercó al ratón y le ofreció consuelo. -No te preocupes, amigo ratón. Todos merecemos respeto, sin importar nuestro tamaño. Vamos, vuelve con nosotros. El ratón, agradecido, volvió al grupo.

Simón miró al loro y con firmeza le dijo: -Loro, no está bien burlarse de los demás. Trata a los demás como quieres que te traten.

El loro, avergonzado, pidió disculpas al ratón y prometió no volver a burlarse de nadie. Desde ese día, todos los animales del bosque aprendieron la importancia de tratar a los demás con respeto y amabilidad, siguiendo el ejemplo de Simón, el gato amigable.

Dirección del Cuentito copiada!