El genio del limón y la bruja feliz


Había una vez en lo alto de una imponente montaña, vivía una bruja solitaria en su choza rodeada de árboles frondosos. A pesar de tener la compañía de sus fieles perros, la bruja se sentía triste y desanimada.

Pasaba sus días preparando pociones y hechizos para ayudar a los demás, pero nunca se preocupaba por sí misma. Un día, un pequeño limón rodó hasta la puerta de la choza de la bruja.

Sorprendida, lo recogió y lo llevó adentro. Mientras lo observaba con curiosidad, el limón comenzó a brillar intensamente y de él surgió un genio. "¡Hola, querida bruja! Soy el genio del limón y estoy aquí para concederte un deseo", dijo con una sonrisa amable.

La bruja no podía creerlo. Después de pensarlo detenidamente, le pidió al genio que le mostrara cómo ser feliz.

El genio asintió y con un chasquido de dedos transportó a la bruja a un hermoso campo lleno de flores multicolores y árboles frutales. La bruja sintió una paz interior que nunca antes había experimentado. "Aquí es donde encontrarás tu felicidad", dijo el genio antes de desaparecer en una nube brillante.

La bruja decidió quedarse en aquel lugar encantado y poco a poco descubrió que su felicidad estaba en compartir su magia con los demás sin esperar nada a cambio. Ayudaba a las personas del pueblo cercano con sus problemas usando sus habilidades mágicas para hacer el bien.

Un día, mientras paseaba por el bosque, escuchó unos ladridos lastimeros cerca del río. Se acercó corriendo y vio a un cachorro atrapado entre las ramas flotantes. Sin dudarlo ni un segundo utilizó su magia para rescatarlo.

Desde ese día, los perros del pueblo se convirtieron en sus amigos más leales y juntos formaron un equipo imparable que ayudaba a todos los necesitados.

Una tarde, mientras disfrutaban de una taza caliente de café bajo la sombra de un gran árbol centenario, uno de los perros le dio una patada juguetona al balde donde estaba el agua fresca provocando risas entre todos.

La bruja sonrió ante aquella travesura y comprendió que la verdadera felicidad reside en los momentos compartidos con quienes más queremos. Y así fue como Montaña, bruja,árbol, choza, deseo, limón, café,patada, y hasta los perros encontraron juntos la verdadera alegría: en el amor incondicional hacia los demás y en la magia simple pero poderosa del compañerismo y la amistad sincera.

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