El gigante bondadoso
Había una vez en un pequeño pueblo de la provincia de Córdoba, Argentina, un niño llamado Juan. Juan era un niño muy valiente y curioso, pero se asustaba con facilidad por cualquier cosa.
Los demás niños de su aldea se burlaban de él y le llamaban "Juan El Miedoso", lo cual le entristecía mucho. Un día soleado, mientras los niños jugaban en el campo, apareció repentinamente un gigante enorme.
Era tan alto como tres árboles juntos y tenía una voz ronca que hacía temblar a cualquiera. El gigante empezó a comer todas las verduras y hortalizas del pueblo sin importarle nada ni nadie. Los adultos y los demás niños estaban asustados y no sabían qué hacer.
Pero para sorpresa de todos, Juan no parecía tener miedo en absoluto. En lugar de huir o esconderse como siempre lo hacía, se acercó lentamente al gigante.
"¡Eh tú! ¿Por qué estás comiendo todas nuestras verduras?" -preguntó valientemente Juan al gigante. El gigante miró a Juan con sus enormes ojos llenos de sorpresa. "¿Quién eres tú? ¿No te das cuenta que soy más grande que tú?"Juan sonrió confiado.
"Sí, sé que eres más grande que yo, pero eso no significa que tengas derecho a arruinar nuestro pueblo y dejar sin comida a todos. "El gigante quedó pensativo ante las palabras del niño. "Nadie nunca me había hablado así antes... Tal vez tienes razón.
"Juan aprovechó ese momento para explicarle al gigante que las verduras y hortalizas eran muy importantes para la alimentación de todos en el pueblo. Le contó cómo cada familia cultivaba sus propios alimentos con mucho esfuerzo y dedicación.
El gigante, que nunca había pensado en eso, se sintió triste por su comportamiento egoísta. "No sabía lo importante que era para ustedes. Siento mucho haberles causado tantos problemas. "Juan le sonrió amablemente. "Lo importante es que ahora lo sabes.
Si te disculpas y prometes no volver a hacerlo, estoy seguro de que todos te perdonarán. "El gigante asintió con la cabeza y se disculpó ante los habitantes del pueblo.
Prometió que nunca más volvería a comerse sus verduras sin permiso. A partir de ese día, el gigante cambió por completo su actitud. Ayudó a los agricultores a cuidar sus cultivos y aprendió sobre la importancia de una buena alimentación.
Los demás niños del pueblo se dieron cuenta de la valentía y determinación de Juan al enfrentarse al gigante sin miedo alguno. Dejaron de burlarse de él y comenzaron a admirarlo.
Desde aquel día, Juan dejó atrás su apodo "Juan El Miedoso" y pasó a ser conocido como "Juan El Valiente". Todos en el pueblo reconocieron su coraje e inteligencia para resolver problemas difíciles.
La historia de Juan enseñó a todos los niños del lugar una valiosa lección: no hay nada malo en tener miedo, pero lo importante es enfrentarlo con valor y buscar soluciones. A veces, incluso las personas más grandes pueden cambiar si les damos una oportunidad.
Y así fue como el valiente Juan logró vencer su miedo y convertirse en un ejemplo de coraje para todos los niños de su aldea.
FIN.