El girasol que brilló al amanecer



Había una vez un hermoso jardín lleno de flores y plantas. En ese jardín vivían muchos girasoles, todos ellos muy trabajadores y responsables. Pero entre ellos había uno que se destacaba por su pereza: el girasol Florencio.

Florencio siempre necesitaba cinco minutos más para dejar de dormir y levantar la cabeza hacia el sol. Mientras sus compañeros ya estaban despiertos y saludando al astro rey, él seguía acurrucado en su cama floral.

Un día, el jardinero del lugar, don Antonio, decidió hacer una competencia entre los girasoles para ver quién era el más rápido en seguir al sol. Todos los girasoles estaban emocionados con la idea, excepto Florencio, quien prefería quedarse durmiendo un poco más.

La competencia comenzó al amanecer del día siguiente. Los girasoles empezaron a moverse rápidamente hacia la dirección del sol mientras Florencio seguía aferrado a su sueño.

Los demás le gritaban:"¡Vamos Florencio! ¡No te quedes atrás!"Pero él solo respondía bostezando y diciendo:"Solo cinco minutitos más... "Los minutos pasaron volando y cuando Florencio finalmente despertó, se dio cuenta de que estaba completamente solo en el jardín. Había perdido la competencia por ser tan perezoso.

Triste y arrepentido, Florencio decidió cambiar su actitud. Se prometió a sí mismo que nunca más volvería a ser tan perezoso y que haría todo lo posible por mejorar.

A partir de ese día, Florencio comenzó a esforzarse para levantarse temprano y seguir al sol. Cada mañana, se despertaba con alegría y energía, saludando al astro rey junto a sus compañeros girasoles. El esfuerzo de Florencio no pasó desapercibido para el jardinero don Antonio.

Él admiraba la perseverancia del girasol perezoso y decidió premiar su cambio de actitud. Un día, don Antonio colocó una pequeña placa cerca del girasol Florencio que decía: "A quien madruga, Dios le ayuda".

Era un recordatorio de que el esfuerzo y la determinación siempre tienen su recompensa. Florencio se sintió muy orgulloso de su placa y se convirtió en un ejemplo para todos los demás girasoles del jardín. A partir de ese momento, ninguno quería quedarse atrás ni ser perezoso como había sido él antes.

Y así, el jardín volvió a ser un lugar lleno de flores felices y trabajadoras. Todos aprendieron la importancia de madrugar y aprovechar cada día al máximo.

Desde aquel día, Florencio siempre fue recordado como el girasol que supo cambiar su actitud perezosa por una llena de energía y entusiasmo. Y esa es la historia del girasol Florencio, quien nos enseñó que nunca es tarde para cambiar si realmente lo deseamos.

FIN.

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