El Globo de la Libertad



Había una vez una niña llamada Divy, de 12 años de edad, que se encontraba en un lugar llamado manicomio. Divy tenía problemas mentales y pasaba sus días en ese lugar tan triste y solitario.

Sin embargo, a pesar de su situación, Divy siempre intentaba encontrar formas de escapar de la realidad. Pasaba horas imaginando cómo sería su vida si no estuviera allí encerrada.

Soñaba con aventuras emocionantes, amigos leales y un mundo lleno de color y alegría. Un día, mientras miraba por la ventana del manicomio, Divy vio a lo lejos un globo multicolor que flotaba en el cielo.

Sintió una poderosa conexión con ese globo y supo que era su oportunidad para escapar de aquel lugar triste. Con determinación en sus ojos, Divy decidió seguir al globo. Saltó por la ventana y corrió tras él sin mirar atrás.

Mientras corría por las calles desconocidas, empezó a notar cómo todo a su alrededor cobraba vida: los árboles bailaban al son del viento y los pájaros cantaban melodías alegres. Divy siguió persiguiendo el globo hasta llegar a un parque lleno de niños riendo y jugando.

Se acercó tímidamente a ellos e inmediatamente sintió una cálida bienvenida. Los niños aceptaron a Divy como uno más entre ellos y juntos comenzaron a explorar el parque. Cada día era una nueva aventura para Divy.

Jugaban al escondite entre los árboles altos del parque, construían castillos de arena en la playa y volaban cometas en el campo. Divy se dio cuenta de que la vida fuera del manicomio era mucho más emocionante y llena de felicidad.

Un día, mientras Divy jugaba con sus nuevos amigos, vio una niña triste sentada sola en un banco. Se acercó a ella y le preguntó qué le pasaba.

La niña le contó que también se sentía atrapada en su propia tristeza, al igual que Divy antes de escapar del manicomio. Divy recordó cómo se había sentido encerrada y decidió ayudar a esa niña a encontrar su propio globo multicolor para escapar de su soledad.

Juntas buscaron por todas partes hasta que encontraron un globo dorado brillante. La niña agarró el globo con fuerza y ambos lo soltaron al cielo. Al instante, la tristeza desapareció del rostro de la niña y una sonrisa iluminó su cara.

Agradecida por haber encontrado la amistad y el coraje para enfrentar sus miedos, prometió ayudar a otros niños a encontrar sus propios globos multicolores.

Divy se dio cuenta de que no solo había encontrado su libertad, sino también un propósito en la vida: ayudar a otros a encontrar esa misma libertad. Juntas, Divy y la niña viajaron por todo el mundo llevando esperanza y alegría a aquellos que más lo necesitaban.

Y así fue como Divy descubrió que no importa cuán difícil sea nuestra situación o cuántas barreras tengamos frente a nosotros; siempre hay una forma de escapar hacia una vida llena de felicidad y amor. Solo necesitamos creer en nosotros mismos y encontrar nuestro propio globo multicolor.

FIN.

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