El Globo Morado y las Vocales



Érase una vez un simpático globo morado llamado Glo que viajaba por el cielo en busca de nuevas aventuras. Un día, mientras flotaba entre las nubes, vio un lugar colorido y lleno de sonidos alegres. Era la aldea de las vocales: A, E, I, O y U, cada una con su propia casa y personalidad.

Glo, emocionado, decidió bajar y conocer a sus inquilinas. Al llegar, se encontró con el alcalde de la aldea, el Señor Interrogación, un personaje grande y curioso, con una gran sonrisa en su cara.

"¡Hola, bienvenido, globo morado! Soy el Alcalde Interrogación. ¿Cómo te llamas?" - preguntó con voz amigable.

"¡Hola! Soy Glo y vengo de muy lejos. Me gustaría conocer a las vocales que viven aquí.", respondió el globo.

"¡Por supuesto! ¡Sígueme!" - dijo el alcalde, emocionado.

La primera parada fue la casa de la letra A, que era roja como una manzana y siempre estaba llena de energía.

"¡Hola, A! Te presento a Glo, el nuevo amigo del pueblo."

"¡Hola, Glo! - exclamó A con alegría - ¿Te gustaría jugar a organizar palabras conmigo?"

Glo, entusiasmado, aceptó. Jugaron a formar palabras con A y Glo aprendió que era la letra que daba inicio a muchas cosas, como "avión" y —"amigo" .

Luego, el alcalde y Glo continuaron su recorrido y llegaron a la casa de E, que era verde y siempre tenía una sonrisa brillante.

"¡E! Te traigo a Glo, un nuevo visitante. ¿Qué tal si le enseñas algo interesante?" - sugirió el alcalde.

"¡Hola, Glo! - dijo E - ¿Te gustaría aprender sobre rimas?"

Glo se emocionó aún más. Así, juntos inventaron rimas divertidas, llenas de palabras que terminaban en E, como —"cabe" , —"mame"  y —"perrete" . Glo no paraba de reír.

Después de divertirse tanto con A y E, Glo se acercó a la acogedora casa de I, que era de color azul y le gustaba contar historias.

"¡Hola, Glo! - saludó I - Te invito a escuchar una de mis historias mágicas."

"¡Me encantaría!" - respondió Glo con entusiasmo.

I narró una increíble aventura de un pueblo donde todos eran felices gracias a sus sueños. A través de las palabras, Glo aprendió que I siempre traía ideas innovadoras y podía hacer que cualquier historia fuera interesante.

Luego, se dirigieron a la casa de O, una vocal amarilla que siempre estaba llena de sorpresas.

"Hola, Glo. ¿Te gusta el arte?" - preguntó O, mientras mostraba un cuadro en su pared.

"¡Sí! Me encanta!"

Entonces, O llevó a Glo a un taller de pintura donde usaron colores brillantes y juntos, hicieron un hermoso cuadro que representaba a las vocales jugando con Glo en un cielo claro.

Finalmente, el recorrido terminó en casa de U, una vocal que siempre estaba dispuesta a escuchar.

"¡Hola, Glo! - dijo U - Quiero saber más sobre ti. Cuéntame, ¿de dónde vienes?"

Glo, encantado, compartió sus aventuras y sueños. U le enseñó que escuchar es tan importante como hablar, y que cada historia tiene un sentido especial.

Al final del día, Glo se sintió afortunado de haber conocido a cada una de las vocales y a su querido alcalde, Señor Interrogación. Juntos habían jugado, aprendido y, sobre todo, se habían divertido mucho.

"¡Gracias por este maravilloso día!" - dijo Glo emocionado.

"Siempre serás bienvenido en la aldea de las vocales, Glo!" - exclamaron todos al unísono.

Glo decidió que iba a contarles a todos sus amigos de otros lugares sobre sus nuevas amigas. Con el corazón lleno de alegría y enseñanzas, se despidió de la aldea e hizo una promesa: volvería a visitarlas muy pronto, porque en la aldea de las vocales había aprendido que el verdadero valor de una aventura es conocer y compartir con otros.

Y así, con una gran sonrisa y un cielo despejado, Glo emprendió su viaje hacia nuevas aventuras, sabiendo que las vocales siempre serían sus amigas.

FIN.

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