El gnomo del bosque y el dragón malvado
Margarita era una niña muy aventurera y curiosa. Siempre buscaba nuevas formas de divertirse con sus perros, Chester y LuLu. Un día, mientras jugaban en el parque cercano a su casa, Margarita vio algo brillante en la distancia.
- ¡Miren! ¿Qué es eso? - exclamó Margarita señalando hacia un camino que llevaba al bosque. Chester y LuLu también miraron hacia donde Margarita apuntaba y comenzaron a ladrar emocionados.
Sin pensarlo dos veces, los tres se dirigieron hacia el bosque siguiendo el camino brillante. Después de caminar durante un rato, llegaron a una pequeña cabaña rodeada de flores silvestres. En la puerta estaba sentado un gnomo con barba blanca y sombrero rojo.
- ¡Hola! Soy el gnomo del bosque - dijo el gnomo con una sonrisa amable-. ¿Qué hacen por aquí? - Hola - respondió Margarita -. Estábamos paseando por el parque cuando vimos algo brillante en este camino y decidimos seguirlo.
¿qué es esta cabaña? - Esta es mi casa - respondió el gnomo -. Y lo que ustedes vieron fue uno de mis tesoros mágicos. Me alegra que hayan venido a visitarme.
El gnomo invitó a Margarita, Chester y LuLu a entrar en su cabaña para tomar té de hierbas frescas recién cosechadas del jardín delantero mientras les contaba historias sobre las criaturas mágicas del bosque. De repente, escucharon un fuerte rugido proveniente del exterior de la cabaña.
El gnomo se puso nervioso y les explicó que era un dragón malvado que había invadido el bosque y estaba destruyendo todo a su paso. - No podemos dejar que este dragón siga haciendo daño - dijo Margarita, decidida -.
Tenemos que hacer algo para salvar el bosque. El gnomo le entregó a Margarita una varita mágica y le enseñó cómo usarla. Juntos, salieron de la cabaña y encontraron al dragón causando estragos en el bosque.
Margarita apuntó con su varita hacia el cielo y pronunció las palabras mágicas aprendidas del gnomo. De repente, una lluvia de estrellas cayó sobre el dragón haciéndolo caer al suelo inmóvil.
La criatura malvada había sido derrotada gracias al coraje y habilidades mágicas de Margarita. El gnomo agradeció a Margarita por haber salvado al bosque del peligroso dragón. Chester y LuLu ladraron emocionados mientras saltaban en círculos celebrando la victoria junto con su dueña.
Desde ese día, Margarita visitaba regularmente al gnomo del bosque para aprender más sobre la magia natural del mundo. Y siempre recordaría esa gran aventura llena de sorpresas junto a sus perros bulldogs franceses Chester y LuLu.
FIN.