El gol de la amistad



Érase una vez en una soleada tarde de domingo, Marta salió a pasear en su flamante auto por las calles de la ciudad. Mientras disfrutaba de la brisa y el sol, escuchaba su canción favorita en la radio.

De repente, al doblar en una esquina, algo inesperado sucedió. -¡Ay! -exclamó Marta al sentir un fuerte golpe.

Al bajarse del auto, vio con sorpresa que había chocado con un chico joven que manejaba una moto y llevaba puesta la camiseta del equipo de fútbol más famoso de la ciudad. -Perdón, perdón -se disculpó Marta angustiada-. No te vi venir. El chico se levantó del suelo y revisó su moto, que estaba un poco dañada pero él estaba ileso.

Miró a Marta con una sonrisa amable y le dijo:-Tranquila, no pasa nada. Estoy bien. ¿Y tú? Marta asintió aliviada y juntos empujaron la moto hasta el costado de la calle para no obstruir el tránsito.

-¿Eres futbolista? -preguntó Marta curiosa al ver la camiseta del equipo. -Sí, juego en las divisiones inferiores del club -respondió el chico con orgullo-. Soy Juan, ¿y tú? -Marta. Mucho gusto -dijo ella estrechándole la mano-.

¿Puedo invitarte algo para compensar el susto? Juan aceptó gustoso y ambos se dirigieron a tomar un helado en una heladería cercana.

Mientras compartían anécdotas y risas, descubrieron que tenían muchas cosas en común a pesar de sus diferencias: ella era arquitecta y él soñaba con llegar a ser jugador profesional algún día. Con el paso de los días, Marta y Juan se volvieron grandes amigos.

Ella lo acompañaba a sus entrenamientos y él le enseñaba algunos trucos con la pelota. Juntos compartían tardes inolvidables llenas de aventuras e aprendizajes.

Un día, mientras veían juntos un partido del equipo de Juan por televisión, él le confesó emocionado:-Marta, gracias a ti descubrí que puedo contar contigo no solo como amiga sino también como mi mayor apoyo. Quiero dedicarte mi próximo gol cuando juegue en el estadio principal. Marta sintió un nudo en la garganta ante tanta sinceridad y cariño.

Se abrazaron emocionados sabiendo que esa amistad era especial e invaluable para ambos.

Y así fue como aquella tarde donde todo empezó con un choque inesperado se convirtió en el inicio de una hermosa historia de amistad entre Marta y Juan; dos personas tan diferentes pero conectadas por el corazón y por el amor al fútbol. Y juntos demostraron que incluso los accidentes pueden traer consigo nuevas oportunidades maravillosas si se enfrentan con valentía y buena voluntad.

FIN.

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