El gol de la concentración



Había una vez un niño llamado Pedro que vivía en una pequeña ciudad. A sus 10 años, le encantaba jugar al fútbol y soñaba con convertirse en el mejor jugador del mundo.

Sin embargo, había algo que le preocupaba mucho: su papá siempre estaba distraído mientras conducía. Pedro notó que su papá solía hablar por teléfono mientras manejaba o se distraía mirando cosas fuera de la ventana.

Esto lo hacía sentir inseguro y temeroso cada vez que iban juntos en el auto. Un día, Pedro decidió hablar con su papá sobre este problema. Se sentaron juntos y Pedro le explicó cómo se sentía cuando veía a su papá distraído al volante.

Su papá lo escuchó atentamente y se dio cuenta de lo importante que era para él. "Pedro, tienes toda la razón", dijo su papá sinceramente. "No me había dado cuenta de cuánto te afecta mi distracción al conducir.

A partir de ahora, prometo ser más consciente y responsable". Pedro sonrió y sintió un gran alivio al escuchar las palabras de su padre. Estaba feliz porque sabía que podían trabajar juntos para resolver ese problema.

Los días pasaron y Pedro notó un cambio en la actitud de su padre mientras conducían. Ya no utilizaba el teléfono ni se distraía mirando cosas fuera del auto. En lugar de eso, prestaba atención a la carretera y a las señales de tráfico.

Un sábado por la tarde, Pedro fue invitado a jugar un partido muy importante con sus amigos del equipo de fútbol local. Estaban emocionados porque si ganaban ese partido, clasificarían para el campeonato.

Pedro estaba tan emocionado que se olvidó de ponerse su casco antes de subirse a su bicicleta. Mientras pedaleaba hacia el estadio, se distrajo mirando un cartel publicitario y no vio una señal de pare. Chocó con otro ciclista y ambos cayeron al suelo.

"¡Ay! ¡Lo siento mucho!", exclamó Pedro mientras se levantaba del suelo. El otro ciclista también se levantó y le dijo: "No te preocupes, pero recuerda siempre prestar atención a la carretera. Las distracciones pueden causar accidentes".

Pedro recordó las palabras de su padre sobre ser consciente y responsable al conducir. Se dio cuenta de que él también debía aplicar esas enseñanzas en todas sus actividades, incluso cuando iba en bicicleta.

Después del incidente, Pedro llegó tarde al partido de fútbol. Sus amigos estaban decepcionados porque jugar sin él era difícil, ya que era uno de los mejores jugadores del equipo.

Pero Pedro les explicó lo ocurrido y todos entendieron la importancia de estar atentos en la carretera para evitar accidentes. A partir de ese día, Pedro nunca volvió a distraerse mientras conducía o montaba en bicicleta.

Aprendió que las distracciones podían tener consecuencias graves y que era responsabilidad de cada uno mantenerse enfocado en lo importante. Finalmente, el equipo de fútbol ganó el partido clasificatorio para el campeonato gracias a una gran actuación de Pedro.

Él sabía que había aprendido una valiosa lección sobre la importancia de la concentración y la responsabilidad tanto dentro como fuera del campo de juego. Y desde ese día, se convirtió en un ejemplo para todos sus compañeros de equipo y amigos.

FIN.

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