El Gol de la Disciplina


Un día, la seño decidió hablar con el niño indisciplinado para tratar de entender por qué siempre buscaba pelea. - ¿Qué te pasa? -preguntó la seño. - Nada -respondió el niño con desgano.

- No me puedes decir que no pasa nada. Siempre estás buscando problemas con tus compañeros. El niño suspiró y miró hacia abajo antes de responder:- Es que... a mí no me gusta la matemática.

Y a él sí le gusta escribir y leer bien. Me hace sentir mal que sea mejor en eso que yo. La seño asintió comprensivamente y le explicó al niño que todos somos buenos en diferentes cosas, y eso está bien.

Le dijo que lo importante es tener una actitud positiva hacia las materias escolares, incluso si no son nuestras favoritas. El niño pareció reflexionar sobre lo que la seño le había dicho, pero aún así seguía teniendo problemas para controlar su comportamiento en clase.

Un día, durante una clase de educación física, los niños jugaron un partido de fútbol entre ellos. El niño indisciplinado estaba en el equipo contrario al de su compañero bueno en lengua.

Durante todo el partido, los dos niños se enfrentaron constantemente y discutieron varias veces. Pero entonces ocurrió algo inesperado: cuando quedaban pocos minutos para terminar el partido, el compañero del niño indisciplinado pasó mal la pelota y ésta llegó directo a los pies del otro equipo.

Pensando rápido, el niño indisciplinado corrió detrás de la pelota y logró hacer un gol increíble justo antes de que sonara el pitido final. Todos los niños celebraron y felicitaron al niño indisciplinado por su increíble gol.

Incluso su compañero de lengua lo abrazó y le dijo que había sido un gran gol. Ese momento fue un punto de inflexión para el niño indisciplinado.

Se dio cuenta de que no tenía que sentirse mal por no ser bueno en matemática, porque era bueno en otras cosas como jugar al fútbol. Además, se sintió feliz de haber ganado la aprobación y el respeto de sus compañeros sin tener que pelear o hacer travesuras.

Desde entonces, el niño indisciplinado empezó a tener una actitud más positiva hacia la escuela y sus compañeros. Aprendió a valorar sus propias habilidades y las de los demás, y descubrió que podía ser feliz sin necesidad de buscar problemas o causar conflictos.

La seño estaba muy orgullosa del progreso del niño indisciplinado, y todos los niños aprendieron una valiosa lección sobre la importancia del trabajo en equipo y la aceptación mutua.

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