El gol de la imaginación
Había una vez un niño llamado Pedro, a quien le encantaba jugar al fútbol y dibujar. Sin embargo, tenía un problema en uno de sus ojos que no veía tan bien como el otro.
El doctor le explicó que necesitaba hacer ejercicios para fortalecerlo y mejorar su visión. Pedro estaba decidido a seguir las recomendaciones del médico, así que empezó a usar un parche en el ojo sano para obligar al otro a trabajar más.
Al principio le resultaba extraño y un poco incómodo, pero sabía que era importante para su salud visual.
Un día, mientras jugaba al fútbol con sus amigos en el parque, Pedro notó que con el parche puesto le costaba calcular la distancia y la velocidad de la pelota. Sus amigos se dieron cuenta de su dificultad y se acercaron preocupados. "¿Estás bien, Pedro? Parece que estás teniendo problemas para atrapar la pelota", dijo Martín. "Sí, es por el parche.
Estoy tratando de fortalecer mi otro ojo para ver mejor", respondió Pedro con determinación. Sus amigos lo apoyaron y juntos buscaron formas creativas de adaptarse a la situación.
Decidieron practicar pases cortos y precisos para ayudarlo a mejorar su percepción de profundidad. Con el tiempo, Pedro notó cómo su ojo debilitado comenzaba a responder mejor gracias al constante ejercicio y al uso del parche. Se sentía feliz de ver los progresos y se motivaba cada día más.
Una tarde, mientras dibujaba en su cuaderno, Pedro descubrió algo sorprendente: con su ojo fortalecido podía percibir detalles que antes pasaban desapercibidos. Los colores parecían más vivos y los contornos más nítidos.
"¡Miren esto! ¡Puedo ver todos los matices ahora!", exclamó emocionado mostrando su dibujo a sus amigos. Todos quedaron impresionados por la mejora en la visión de Pedro gracias a su esfuerzo constante. Se alegraban por él y lo felicitaban por nunca rendirse ante los obstáculos.
A partir de ese día, Pedro siguió usando el parche durante sus actividades diarias: jugando, dibujando e incluso caminando por la calle. Sabía que cada pequeño esfuerzo contribuía a fortalecer su ojo débil y cuidar de su salud visual.
Con el tiempo, Pedro logró superar las dificultades iniciales y disfrutar plenamente de todas sus actividades favoritas sin limitaciones. Su historia inspiradora se convirtió en ejemplo para muchos niños que enfrentaban retos similares.
Y colorín colorado este cuento sobre perseverancia y superación ha terminado; pero recuerda, ¡nunca te rindas ante las adversidades!
FIN.