El gol de los sueños
Había llegado el día más importante para Josue y su equipo de fútbol. La final de la Copa del Mundo se disputaba contra Brasil, uno de los equipos más fuertes y temidos en todo el mundo.
Pero Josue no le tenía miedo a nada ni a nadie. El estadio estaba lleno de gente emocionada que alentaba a sus respectivos equipos. El partido fue muy reñido, con jugadas impresionantes por ambos lados.
Al finalizar el tiempo reglamentario, el marcador indicaba un empate 2-2. El árbitro anunció que se definiría todo en una tanda de penales. Los nervios comenzaron a apoderarse de todos los jugadores peruanos, pero Josue se mantuvo tranquilo como siempre.
"¡Vamos chicos! Tenemos que dar lo mejor de nosotros en cada penal", dijo Josue animando a sus compañeros. Uno a uno fueron tomando posición para patear desde los doce pasos.
Gerardo fue el primero en lanzar y anotó un golazo imparable para el arquero brasileño. Luego le tocó a Ervin, quien también convirtió sin problemas. La tensión aumentaba mientras cada jugador iba ejecutando su penal con éxito. Finalmente, llegó el turno de Josue.
Todos tenían sus ojos puestos en él, esperando que anotara ese gol tan importante. Josue respiró profundo y se concentró en la portería rival. Dio unos pasos hacia atrás y luego corrió rápidamente hacia la pelota.
Con una potente patada logró enviarla al fondo de la red del arco brasileño. La multitud estalló en aplausos y gritos de alegría. Josue había anotado el gol que les dio la victoria a Perú en la final de la Copa del Mundo.
Sus compañeros corrieron hacia él para celebrar juntos. El entrenador Leonardo abrazó a Josue con orgullo y le dijo: "¡Eres un verdadero campeón, Josue! Siempre supe que tenías el talento y la determinación para lograrlo".
Josue sonrió y miró a su amigo Leon, quien también estaba emocionado por su gran logro. Juntos se dieron cuenta de que habían superado todas las críticas y obstáculos que se les presentaron en el camino.
A partir de ese día, Josue se convirtió en un ejemplo para todos los niños peruanos. Demostró que con esfuerzo, perseverancia y confianza en uno mismo, se pueden alcanzar grandes metas. Josue regresó a su pueblo natal como un héroe, pero nunca dejó que eso subiera a su cabeza.
Continuó trabajando duro en cada entrenamiento y siempre valoró la amistad de Leon y el apoyo incondicional de sus amigos. Y así, Josue siguió inspirando a otros niños a seguir sus sueños sin importar lo difícil que parezcan.
Su historia demostraba que no importa cuántas veces te derriben, lo importante es levantarse una vez más y luchar hasta alcanzar tus metas.
Desde aquel día histórico, cada niño peruano soñaba con ser como Josue: un campeón dentro y fuera de la cancha. Y gracias al ejemplo de este joven futbolista valiente, muchos descubrieron el poder del trabajo en equipo, la superación personal y el valor de la amistad.
FIN.