El gol soñado



Había una vez un niño llamado Tomás que amaba el fútbol más que nada en el mundo. Desde muy pequeño, se pasaba horas y horas pateando el balón en la calle con sus amigos.

Soñaba con ser como los grandes jugadores de su país, Argentina, y ganar la Copa del Mundo algún día.

Un día, mientras jugaba en el parque con su equipo local, un hombre misterioso se acercó a él y le dijo:- Hola Tomás, soy un representante de la selección nacional de fútbol. Te he estado viendo jugar y creo que tienes mucho talento. ¿Te gustaría venir a entrenar con nosotros? Tomás no podía creer lo que estaba escuchando.

¡Era una oportunidad única en la vida! Así que aceptó sin dudarlo. Desde ese momento, Tomás comenzó a entrenar duro todos los días para mejorar su técnica y habilidades.

Aprendió nuevas tácticas y estrategias para poder enfrentarse a los equipos más fuertes del mundo. Pero no todo fue fácil para Tomás. En su primer partido internacional contra Brasil perdió por goleada e incluso falló un penal importante. Se sintió muy triste y decepcionado consigo mismo.

- No puedo hacerlo - pensó - Soy un fracaso. Sin embargo, su entrenador lo animó diciéndole:- Todos cometemos errores Tomás, pero lo importante es aprender de ellos y seguir adelante.

Tienes mucho talento dentro de ti y sé que puedes hacerlo mejor la próxima vez. Con estas palabras motivadoras resonando en su cabeza, Tomás decidió no rendirse jamás. Entrenó aún más duro hasta convertirse en uno de los mejores jugadores del equipo.

Y así, con el tiempo, llegó la gran oportunidad de su vida: la final de la Copa del Mundo contra Alemania. El estadio estaba lleno de gente y los dos equipos se prepararon para el partido más importante de sus vidas.

Tomás estaba nervioso, pero también emocionado por poder representar a su país en este gran evento. El partido comenzó y ambos equipos lucharon duro por el control del balón.

Pero fue Tomás quien marcó el primer gol gracias a un tiro libre perfecto que dejó sin posibilidades al portero alemán. - ¡Gol! ¡Golazo! - gritaba la multitud desde las gradas. Pero aún quedaba mucho por hacer. Los alemanes no se rindieron y empezaron a atacar con más fuerza que nunca.

A falta de pocos minutos para terminar el partido, lograron empatar gracias a un cabezazo certero dentro del área.

- ¡Oh no! - pensó Tomás - ¿Qué vamos a hacer ahora? Pero entonces recordó las palabras motivadoras de su entrenador y decidió seguir adelante hasta el final.

Y así fue como en los últimos segundos del partido, recibió un pase largo desde la mitad del campo y corrió hacia la portería rival esquivando a los defensores alemanes uno tras otro hasta quedar frente al portero. Tomás respiró profundo y lanzó un potente disparo que entró justo en el ángulo superior derecho de la portería. Fue un golazo espectacular que dejó sin palabras tanto a los jugadores como al público presente en el estadio.

- ¡GOOOOOOOLLLLLL! - gritaba Tomás mientras celebraba con sus compañeros. Finalmente, el árbitro pitó el final del partido y Argentina se coronó campeón de la Copa del Mundo gracias al gol decisivo de Tomás.

Desde ese día en adelante, Tomás se convirtió en una leyenda del fútbol argentino. Inspiró a muchos niños y niñas a seguir sus sueños y nunca rendirse ante las dificultades.

Y siempre recordaba las palabras que le dijo su entrenador:- Todos cometemos errores Tomás, pero lo importante es aprender de ellos y seguir adelante. Tienes mucho talento dentro de ti y sé que puedes hacerlo mejor la próxima vez.

FIN.

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