El Gran Acuerdo del Bosque Mágico
Había una vez, en un bosque mágico lleno de árboles altos y animales parlantes, un lugar donde todos vivían en armonía. Sin embargo, un día, surgió un gran problema. Los habitantes del bosque no podían decidir cómo celebrar la gran fiesta del otoño.
Los conejos querían hacer una carrera, las ardillas preferían un concurso de recolección de nueces, y los pájaros deseaban organizar un concierto. Todos hablaban al mismo tiempo, hasta que un sabio búho llamado Don Búho voló sobre todos ellos y dijo:
"¡Silencio, amigos! Necesitamos encontrar una solución que nos haga felices a todos. ¿Qué tal si hacemos un acuerdo?"
Los animales se miraron unos a otros, y las ardillas pequeñas, llamadas Lila y Tito, se acercaron a Don Búho.
"Pero Don Búho, ¿qué es un acuerdo?" - preguntó Lila, con ojos curiosos.
"Un acuerdo es un compromiso entre nosotros para llegar a una solución que todos acepten. Así, podremos disfrutar todos juntos de la fiesta" - explicó Don Búho.
Los animales se sentaron en un círculo bajo la gran encina, y comenzaron a dialogar para expresar sus opiniones.
"Yo creo que la carrera de conejos puede ser divertida" - dijo Rocco, el conejo.
"Y yo creo que el concurso de nueces sería genial para demostrar quién es el mejor recolector" - agregó Suri, la ardilla.
"¡No olviden el concierto! Sería mágico escuchar música mientras corremos y recolectamos" - exclamó Pío, el pájaro.
Entonces, Don Búho propuso una idea:
"¿Y si hacemos un poco de todo? Podríamos empezar con la carrera, luego tener el concurso de nueces y terminar con el concierto. Así, cada uno podrá disfrutar de su actividad favorita."
Lila derrapó de alegría:
"¡Es una idea magnífica! ¡Podríamos poner horarios para cada actividad!"
"Sí, y podríamos hacer equipos para el concurso de nueces" - agregó Tito entusiasmado.
Así, los animales comenzaron a hacer los planes. Sin embargo, cuando llegaron al día de la fiesta, las cosas no salieron del todo bien. Los conejos empezaron la carrera, ¡pero los pájaros no podían contener la emoción y volaron a su alrededor haciendo mucho ruido!"¡Cuidado! Esto no es justo, no podemos correr con tanto ruido!" - gritó Rocco, tratando de concentrarse.
Entonces, Don Búho, que estaba observando desde una rama, decidió volar nuevamente al centro.
"¡Alto! Recordemos nuestro acuerdo. Si no respetamos lo que acordamos, la fiesta no será divertida. ¿Qué tal si los pájaros se quedan un poco más alejados durante la carrera?" - sugirió.
Los pájaros entendieron y se reubicaron. Al final de la carrera, todos fueron felices. Pero entonces, durante el concurso de nueces, dos ardillas comenzaron a pelear por la más grande.
"¡Yo la vi primero!" - se quejó Lila.
"Pero yo soy mejor recolectora, ¡debería ser mía!" - respondió Tito.
Don Búho voló de nuevo.
"Amigos, deténganse. ¿Recuerdan lo que acordamos sobre el trabajo en equipo? ¡Podrían juntar sus habilidades y recolectar más nueces juntos!" - sugirió.
Con esto, las ardillas decidieron unirse y, para sorpresa de todos, recolectaron más nueces que nunca. La fiesta continuó, y al final llegó el concierto, ¡que fue ruidoso y lleno de alegría!
Cuando terminó la fiesta, Don Búho reunió a todos.
"Lo más importante de hoy es que aprendimos a escuchar y a encontrar soluciones juntos. Los acuerdos hacen que todos puedan ser parte y disfrutar de las cosas".
Los animales sonrieron, comprendiendo que trabajar juntos era muchísimo más divertido. Desde entonces, siempre que se enfrentaban a un problema, recordaban la importancia de hacer acuerdos y se reunían bajo la gran encina con Don Búho. Y así, el bosque siguió siendo un lugar mágico donde todos aprendieron a vivir en armonía.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.