El Gran Ahorro Energético de Nico y Lila



Era un día soleado en el barrio de Villa Brillante, donde vivían dos amigos inseparables: Nico y Lila. Siempre estaban buscando aventuras, pero esa mañana, mientras jugaban en el parque, notaron algo raro. El aire olía a algo quemado y había un ligero zumbido en el ambiente.

"¿Qué es ese ruido, Nico?" - preguntó Lila, frunciendo el ceño.

"No sé, Lila, pero parece que viene de la casa del Sr. Gómez" - dijo Nico, mirando hacia la casa del anciano vecino.

Los dos amigos decidieron investigar y se acercaron a la casa del Sr. Gómez. Al llegar, vieron que había luces encendidas en todas partes, a pesar de que él estaba fuera en el jardín, regando sus plantas.

"¡Sr. Gómez!" - llamó Lila. "¿Por qué tiene todas esas luces encendidas?"

"Es que me gusta tener todo iluminado, aunque no esté dentro de casa" - respondió el Sr. Gómez, sonriendo.

Nico miró a Lila y luego a la casa del Sr. Gómez.

"Pero eso gasta mucha energía, ¿no?" - dijo Nico, un poco preocupado.

"Sí, pero no importa, siempre lo hice así" - contestó el Sr. Gómez.

Mientras hablaban, de repente se cortó la luz en todo el barrio. Un murmullo de sorpresa llenó el aire.

"¿Qué pasó?" - preguntó Lila. "¿Por qué se apagaron todas las luces?"

"Parece que hubo un problema en la planta eléctrica" - contestó el Sr. Gómez.

Los tres se sentaron en el jardín, donde el aire estaba fresco y agradable. Entonces, Lila tuvo una idea brillante.

"¡Espera! ¿Y si hacemos un torneo de juegos al aire libre mientras esperamos a que vuelva la luz?" - propuso Lila con entusiasmo.

"¡Buena idea!" - exclamó Nico. "Podemos jugar al escondite y a las escondidas, sin gastar ni una gota de energía. Mirá, ya estamos disfrutando del sol".

Los tres se pusieron a jugar, a reír y hacer carreras por el jardín. Así pasaron la tarde, aprovechando la luz natural del sol sin preocuparse por la electricidad. Al anochecer, las luces comenzaron a parpadear y a encenderse nuevamente, pero ellos estaban tan divertidos que no se dieron cuenta.

"¡Qué lindo fue jugar sin luz!" - dijo Lila con una sonrisa.

"Sí, y nos dimos cuenta de que no necesitamos gastar tanta energía para divertirnos" - agregó Nico, pensando en lo que habían aprendido. "Podemos hacer esto más seguido".

El Sr. Gómez, que había estado mirando con atención, intervino. "Ustedes tienen razón, chicos. A veces me olvido de que la energía es valiosa y que hay formas de ser más responsables". - dijo pensativo.

Esa noche, cuando los amigos regresaron a casa, se sintieron inspirados. Decidieron hacer un plan. Al día siguiente en la escuela, organizarían una campaña sobre el ahorro energético para que todos los chicos del barrio comprendieran la importancia de usar la energía de manera responsable.

"¡Podemos hacer carteles y dibujos!" - sugirió Lila emocionada.

"Y podemos contar nuestra experiencia del torneo en el jardín" - añadió Nico.

Durante las semanas siguientes, pusieron su plan en marcha. Hicieron carteles coloridos que colocaron en la escuela y en el parque. Hicieron dibujos y escribieron canciones sobre cómo ahorrar energía. La aldea se llenó con los colores y risas de los chicos, y hasta el Sr. Gómez y otros vecinos se sumaron a la campaña.

Pronto, el barrio estaba lleno de pequeños hábitos que ahorraban energía: los niños apagaban luces innecesarias, llevaban sus botellas de agua para no usar tanto el grifo y jugaban más al aire libre.

"Es increíble lo que podemos hacer juntos, ¿no?" - dijo Lila un día, mientras pintaban un nuevo cartel.

"Sí, lo importante es que todos participamos y aprendimos a cuidar nuestro mundo" - respondió Nico, contento con el impacto que estaban logrando.

Con el tiempo, la casa del Sr. Gómez se volvió más ecológica: empezó a usar bombillas de bajo consumo, y también plantó un jardín que utilizaba plantas nativas para cuidar el agua.

"Gracias a ustedes, entendí que puedo hacer pequeños cambios y ayudar al planeta" - dijo el anciano, con un brillo especial en sus ojos.

Y así, gracias a la curiosidad y las ideas de dos amigos, Villa Brillante se convirtió en un lugar más consciente sobre el ahorro de energía, y la próxima vez que se cortó la luz, todos estaban listos para disfrutar al aire libre, sabiendo que juntos podían hacer la diferencia.

FIN.

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