El Gran Amigo Lobo y el Cabrito Valiente
En un hermoso bosque, lleno de árboles altos y flores de mil colores, vivía un cabrito llamado Cabi. Cabi era un cabrito curioso y valiente que siempre soñaba con explorar más allá de su pequeña colina. Por otro lado, en la misma región, había un lobo llamado Lucho. Lucho era un lobo solitario, con una gran melena gris que brillaba bajo la luz del sol, pero que tampoco tenía amigos. Aunque todos en el bosque lo veían como un feroz depredador, había algo en su corazón que deseaba compañía.
Un día, mientras Cabi caminaba por la orilla del río, escuchó un ruido extraño. Se acercó sigilosamente y vio una sombra oscura al otro lado del agua.
"¿Quién está ahí?" - preguntó el cabrito, con un poco de miedo en su voz.
"Soy yo, Lucho, el lobo. No te asustes, no quiero hacerte daño" - respondió Lucho, intentando sonar amigable.
Cabi dudó. Había escuchado muchas historias sobre lobos que devoraban cabritos, pero algo en la voz de Lucho le parecía diferente.
"¿Por qué no quieres hacerme daño?" - preguntó Cabi, intrigado.
"Porque la verdad es que me siento muy solo. Nunca he tenido amigos y realmente deseo tener alguien con quien jugar y compartir" - confesó Lucho con tristeza.
Cabi reflexionó. ¿Podría confiar en un lobo? Pero al mirar los ojos tristes de Lucho, decidió darle una oportunidad.
"Está bien, juguemos un rato, pero si te portas mal, me iré" - dijo Cabi, alzando la cabeza con valentía.
Los dos comenzaron a jugar al borde del río, saltando de piedra en piedra y persiguéndose de un lado a otro. Para sorpresa de Cabi, Lucho no solo era ágil, sino que también tenía un gran sentido del humor. Pronto, ambos se estaban riendo y creando un hermoso lazo de amistad.
Sin embargo, en el bosque había un lobo malvado, llamado Hugo, que no quería que Lucho tuviera amigos. Un día, al ver a Lucho en compañía de Cabi, se le ocurrió un plan malévolo.
"Escuchá, Lucho, hay un manjar en la otra orilla del río. Si le decís a Cabi que te ayude a conseguirlo, te prometo que te daré un bocado muy rico" - instigó Hugo.
Lucho estaba tentado. La idea de una comida deliciosa lo hacía dudar. Cuando se lo contó a Cabi, este pudo notar la preocupación en los ojos de Lucho.
"Lucho, no deberías hacer lo que dice Hugo. Puede ser un truco" - advirtió Cabi, un poco asustado.
"No creo que sea un truco, solo tengo que seguir a Hugo hasta el otro lado. ¿Quieres venir?" - dijo Lucho, con voz titubeante.
Cabi, sabiendo que su amigo estaba en peligro, decidió actuar.
"No, Lucho, yo creo que deberíamos alejarnos de Hugo. La amistad siempre debe ser más fuerte que la tentación de cosas ricas. Juntos podemos encontrar un mejor lugar para jugar y explorar, ¿no crees?" - dijo Cabi con decisión.
Lucho lo miró, impresionado por la valentía de su amigo.
"Tenés razón, Cabi. No vale la pena arriesgar nuestra amistad por un simple bocado. Gracias por preocuparte por mí" - respondió Lucho, sintiéndose aliviado.
Hugo, al verlos rechazar su propuesta, se puso furioso y salió corriendo, dejándolos en paz. Así, ambos nuevos amigos decidieron explorar juntos, descubriendo cuevas, colinas y lugares que nunca habían imaginado.
Desde entonces, Cabi y Lucho se convirtieron en inseparables. Aprendieron que la verdadera amistad se basa en la confianza, la lealtad y el apoyo mutuo. Mientras Cabi enseñaba a Lucho a jugar y disfrutar del bosque, Lucho le mostraba a Cabi cómo ser valiente y enfrentar sus miedos.
Y así, en el corazón del bosque, el cabrito valiente y el lobo amable demostraron que, aunque sean diferentes, la amistad puede superar cualquier obstáculo. Cada día, jugaban juntos, compartían aventuras y, sobre todo, aprendían uno del otro, creando una historia que ningún otro animal en el bosque podría imaginar.
FIN.