El Gran Aventura de Capibara y Tortuga



Era un hermoso día soleado en la selva. Capibara, un animalito muy tierno y amigable, disfrutaba de un buen paseo cerca del río. Siempre tenía hambre y nunca se resistía a probar algo rico. Hoy, se encontró con su mejor amiga, Tortuga, una tortuga muy sabia y tranquila.

"¡Hola, Tortuga! ¿Qué estás haciendo hoy?" - preguntó Capibara.

"Hola, Capibara. Estoy disfrutando del sol y pensando en lo que podría comer. Llevo un rato buscando lechugas, pero no encuentro", respondió Tortuga, con una sonrisa.

"Yo puedo ayudarte a buscar, ¡soy muy rápido!" - exclamó Capibara emocionado.

Así que los dos amigos comenzaron a investigar por la selva. Capibara se movía velocemente por los senderos, mientras que Tortuga se tomaba su tiempo, disfrutando del paisaje. En un momento, Capibara sintió un aroma delicioso que venía de un arbusto cercano.

"¡Mira, Tortuga!" - gritó Capibara mientras corría hacia el olor. "¡Son flores de diente de león!"

"¡Son muy ricas!" - respondió Tortuga, un poco preocupada. "Pero son muy delicadas, debemos cuidarlas."

Capibara, emocionado, empezó a comer sin pensar.

"¡Mmm, son riquísimas!" - decía entre bocados. "No puedo detenerme, ¡esto es un festín!"

"Capibara, recuerda que comer rápido no es bueno. Debes comer despacito para disfrutar y no llenarte más de la cuenta", dijo Tortuga con preocupación.

Capibara se detuvo un momento.

"Tienes razón, Tortuga. Tal vez debería escuchar tus consejos más a menudo" - dijo con una sonrisa, mientras empezaba a masticar despacito.

Después de disfrutar de las flores, siguieron buscando lechugas y finalmente, encontraron un pequeño jardín lleno de ellas.

"¡Miralo!" - gritó Capibara felizmente. "¡Este es el banquete que estábamos esperando!"

"¡Sí!" - respondió Tortuga, "Pero recordemos no comernos todo de una vez, es importante dejar un poco para el ecosistema y para que otros animales también puedan disfrutar."

Capibara asintió con la cabeza y empezaron a comer lentamente, disfrutando de cada bocado. Mientras comían, escucharon un estrepito en los arbustos cercanos. De repente, un pequeño conejo salió corriendo despavorido.

"¡Ayuda!" - gritó el conejo. "Una gran sombra me está persiguiendo y no puedo encontrar un lugar para esconderme!"

Capibara y Tortuga intercambiaron miradas de preocupación.

"No te preocupes, amigo conejo. ¡Nosotros te ayudaremos!" - dijo Capibara levemente ansioso.

“Tortuga, ¿qué hacemos? ”

"Planifiquemos primero y actuemos juntos. Nos podemos ocultar detrás de esos arbustos" - sugirió Tortuga.

"¡Buena idea! Tú te escondés en el arbusto y yo me voy por el otro lado. Cuando pase la sombra, corredoré hacia el río, ¡así podremos despistarla!" - agregó Capibara.

Así lo hicieron. Tortuga se escondió y Capibara salió disparado hacia el parche de arbustos del conejo. La sombra resultó ser un gran ave hambrienta que estaba buscando su almuerzo. Cuando se acercó, Capibara salió de su escondite.

"¡Acá estoy!" - gritó Capibara, haciéndose el valiente.

"¡Vamos, corre capa!" - gritó Tortuga desde el arbusto, mientras el conejo saltaba en otra dirección.

"¡Volá, volá! No dejes de correr, ¡te seguiré!"

Capibara y el conejo corrieron juntos, mientras Tortuga se movía rápidamente en su caparazón. Eventualmente, fue Capibara quien distrajo a la ave, llevándola hacia el río mientras Tortuga guiaba al conejo a un lugar seguro.

La ave, frustrada por no alcanzar ninguno de los dos, decidió abandonar la búsqueda y se fue volando.

"¡Lo logramos!" - exclamó Tortuga, mientras todos se reían. "A veces, lo más importante son la valentía y la cooperación."

"¡Sí! Sin tus consejos, no lo habríamos logrado!" - añadió Capibara. "Gracias por ser una amiga tan sabia, Tortuga."

"Y gracias a vos, Capibara, por ser tan valiente. ¡Siempre es bueno tener amigos juntos, sobre todo cuando las cosas se complican!" - contestó Tortuga con una sonrisa.

Desde ese día, Capibara aprendió no solo a disfrutar de la comida de manera más tranquila, sino también a trabajar en equipo y valorar la amistad. Juntos, Capibara, Tortuga y el pequeño conejo vivieron muchas más aventuras, siempre cuidándose mutuamente y recordando que, cuando se trabaja en equipo, cualquier desafío es más fácil de superar.

Y así, el amor entre amigos y la sabiduría nos muestran que siempre podemos encontrar el camino correcto, sin importar lo difícil que parezca.

FIN.

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