El Gran Aventura de la A
Érase una vez, en un hermoso bosque llamado Aromágico, vivía una pequeña ardilla llamada Ana. Ana era muy curiosa y siempre estaba en busca de nuevas aventuras. Un día, mientras saltaba de rama en rama, se encontró con un gran árbol que tenía una puerta muy especial. La puerta tenía forma de letra 'A'.
"¿Qué habrá detrás de esa puerta?" - se preguntó Ana, emocionada.
Decidida a averiguarlo, Ana dio un gran salto y empujó la puerta. Al abrirla, se encontró en un mundo lleno de cosas que empezaban con la letra A: un río azul claro que se llamaba 'Agua Alegre', muchas amapolas rojas que bailaban al viento y una granja donde habitan animales fabulosos.
"¡Hola! ¿Quién está ahí?" - gritó una voz profunda. Era un enorme avestruz llamado Alberto.
"Soy Ana, la ardilla. Vine a explorar este lugar. ¿Qué es todo esto?" - respondió Ana, asombrada.
"¡Bienvenida al Reino de la A! Aquí, todo empieza con la letra A. ¿Te gustaría conocer a mis amigos?" - preguntó Alberto.
Ana asintió con entusiasmo, y junto a Alberto, se dirigieron a la granja. Por el camino, conocieron a una abeja llamada Amalia que zumbaba amigablemente.
"¡Hola, Ana! ¿Te gustaría probar la miel más dulce del mundo?" - ofreció Amalia.
"¡Sí, por favor!" - respondió Ana mientras se relamía.
Amalia llevó a Ana hasta su colmena y le mostró cómo las abejas trabajaban juntas para hacer miel. Ana tomó un pequeño sorbo y le pareció la cosa más deliciosa que había probado.
Después de disfrutar de la miel, siguieron su camino y llegaron a un lago donde nadaban patos. Allí conocieron a Pablo, un pato muy juguetón.
"¡Hola! Soy Pablo. ¿Quieren jugar conmigo?" - preguntó alegremente.
"¡Sí! Nos encantaría jugar. ¿Qué vamos a hacer?" - contestó Ana.
Pablo propuso un juego en el que debían saltar sobre las letras que flotaban en el agua. Ana se dio cuenta de que había muchas letras, pero solo algunas eran palabras que comenzaban con la letra 'A'. Así que se concentraron para saltar solo sobre ellas: 'Árbol', 'Amigo', 'Abeja' y 'Aventura'.
Tras un rato de juego, comenzaron a sentir un ligero viento que traía una melodía.
"¿Escuchan eso?" - preguntó Alberto.
La melodía los llevó a un claro donde había un grupo de artistas. Allí, una pequeña artista, Anita, estaba pintando paisajes con acuarelas.
"¡Qué hermoso! ¿Te gustaría pintar con nosotros?" - preguntó Anita.
Ana estaba encantada y aceptó de inmediato. Mientras pintaban, Ana se dio cuenta de cuántas cosas podía hacer con la letra 'A'. Pintó un árbol, una ardilla y una amplia aventura llena de alegría y amistad.
De pronto, el cielo se cubrió de nubes grises.
"¿Qué está pasando?" - preguntó Ana, alarmada.
"¡No te preocupes!" - respondió Alberto.
"Las nubes traen Aguas Adivinas. Si queremos que se disipe el mal tiempo, tenemos que encontrar todas las cosas que empiezan con 'A'." - explicó Pablo.
Ana se sintió emocionada y un poco nerviosa.
"¿Y qué deberíamos hacer?" - preguntó.
Decidieron formar un equipo. Ana, Alberto, Amalia y Pablo empezaron a buscar todo lo que pudieran encontrar que empezara con 'A'. Comenzaron a gritar juntos:
"¡Árboles, Aves, Aventura, Alegría!"
A medida que decían las palabras, las nubes comenzaron a dispersarse. Finalmente, lograron que el sol brillara de nuevo sobre el Reino de la A. Todos celebraron y Ana se sintió feliz y orgullosa por haber ayudado.
Antes de regresar a su hogar, se despidieron de sus nuevos amigos.
"Gracias por esta maravillosa aventura. ¡Aprendí tanto sobre la letra A hoy!" - exclamó Ana emocionada.
"¡Siempre serás bienvenida!" - dijo Alberto.
Ana regresó a su hogar en el bosque Aromágico, con su corazón lleno de recuerdos y nuevas palabras con la letra A que nunca olvidará. Desde ese día, cada vez que veía algo que empezaba con la letra A, sonreía y recordaba su Gran Aventura en el Reino de la A.
FIN.