El Gran Aventura de Luli y su Perrito Max



Era un día soleado en el barrio de Luli. Ella tenía un perrito llamado Max, que siempre quería jugar y saltar. Luli amaba a Max y quería asegurarse de que siempre estuviera feliz y sano.

Un día, mientras jugaban en el jardín, Luli se dio cuenta de que Max no tenía suficiente agua. "¡Ay, Max! No puedo dejar que tengas sed!"- le dijo Luli mientras corría a la cocina a llenar su tazón con agua fresca.

Max movía su cola, contento de que su dueña lo cuidara. Pero de repente, se escuchó un maullido. Luli miró alrededor y vio a una linda gatita gris que se asomaba detrás del árbol.

"¡Hola, pequeña gatita!"- exclamó Luli, acercándose. La gata se llamaba Mía y estaba perdida. Luli se agachó para acariciarla y se dio cuenta de que se veía desnutrida y sucia.

"¿Sabés qué, Max? Quizás deberíamos ayudar a Mía"- dijo Luli, sonriendo. _Max ladró alegremente, como si dijera que estaba de acuerdo._

Luli llevó a Mía a su casa, donde Max tenía comida y agua. "Mía, ¡acá hay comida!"- le dijo mientras servía un poco en un platito. Mía se acercó tímidamente y comenzó a comer.

Mientras Mía comía, Luli pensó en algo. "Max, ¿cómo podemos encontrar una casa para Mía?"- preguntó. Max ladró, como si tuviera una idea brillante.

Luli pensó que tal vez podrían poner un cartel en el parque. Así que escribieron un cartel que decía: 'Gatita buscada: ¡Mía necesita un hogar cariñoso!'.

Al día siguiente, Luli y Max fueron al parque a colocar el cartel. "Vamos a esperar a que alguien venga a conocer a Mía"- dijo Luli. Pero hubo un problema: Mía era muy tímida y no quería salir de su escondite en la casa.

Luli buscó un poco más, y entonces se le ocurrió una idea genial. "¡Max! Vamos a jugar en el patio y hacer ruido. Si Mía nos ve divirtiéndonos, tal vez se anime a salir"- planificó Luli.

Así que empezaron a jugar a la pelota. Max corría y saltaba mientras Luli reía. De repente, Mía se asomó. "¡Mirá, Max! ¡Mía está saliendo!"- gritó Luli emocionada.

Max, al verla, comenzó a mover su cola más rápido. "No le tengas miedo, Mía. ¡Todo es divertido aquí!"- le dijo Luli, acercándose lentamente.

Poco a poco, Mía se unió a ellos y comenzó a jugar. Luli estaba muy feliz porque no solo ayudaron a Mía, sino que ahora la gatita también tenía un nuevo amigo.

Después de un rato, se acercó una señora del barrio al ver el cartel. "Hola, vi el aviso y me encantaría adoptar a Mía. La he estado buscando por días"- dijo la señora con una gran sonrisa.

Luli y Max se miraron y supieron que habían hecho lo correcto. "¡Es perfecta para vos, Mía!"- dijo Luli mientras la señora acariciaba a la gatita. Mía ronroneó, mirando a Luli agradecida.

Finalmente, la señora se llevó a Mía a su nueva casa, donde ella y su familia cuidarían de ella.

"Siempre es importante cuidar de nuestros amigos, ya sea dando agua, comida o ayudándolos a encontrar un hogar"- le dijo Luli a Max, mientras se sentaban en el jardín bajo el sol.

"Guau, guau!"- ladró Max, como si dijera que Luli tenía razón.

Y así, Luli y Max aprendieron que el amor y la responsabilidad son lo más importante en la tenencia de una mascota. Y, aunque Mía ya no estaba con ellos, siempre la recordarían como su aventura especial.

Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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