El Gran Aventura de Piripinpin en el Supermercado



Era un día soleado y calmo en el barrio de Conejópolis. El pequeño conejo Piripinpin estaba muy emocionado porque iba a ir al supermercado con su mamá.

"¿Vamos a comprar zanahorias, mamá?" - preguntó Piripinpin, moviendo sus orejas con alegría.

"¡Sí, mi amor! Y también necesitamos comprar un poco de ensalada y algunas frutas más" - respondió mamá coneja con una sonrisa.

Al llegar al supermercado, las luces brillaban y los colores de los productos eran deslumbrantes. Piripinpin estaba maravillado.

"¡Mirá, mamá! ¡Hay tantas cosas!" - exclamó mientras miraba los estantes llenos.

"Tienes que quedarte cerca de mí, Piripinpin. No queremos que te pierdas" - advirtió mamá, llevándolo de la mano.

Después de recoger algunas zanahorias y frutas, Piripinpin vio algo brillante en el pasillo de los juguetes.

"¡Mamá, ¿puedo mirar eso! ? ” - pidió alzando la vista.

"Está bien, pero solo por un momento, ¿sí?" - dijo mamá, mientras el conejo soltaba su mano un segundo.

Piripinpin corrió hacia el pasillo de los juguetes, maravillado por los colores y las formas. Estaba tan concentrado en un hermoso tren de juguete que no se dio cuenta de que su mamá se había alejado. De repente, al darse vuelta, se dio cuenta que estaba solo.

"¡Mamá!" - gritó, un poco asustado.

No había respuesta. Miró a su alrededor, y el pasillo parecía más grande de lo que recordaba. Aterrorizado, se preguntó qué haría.

"¿Por qué me fui? Solo quería ver el tren..." - murmuró el conejo, sintiéndose triste.

Decidió que debía ser valiente y encontrarla. Recordó que su mamá siempre le decía que, si se perdía, debía buscar un lugar familiar y quedarse ahí hasta que alguien viniera a buscarlo. Pensó en la entrada del supermercado.

Mientras caminaba hacia allí, Piripinpin vio a un empleado del supermercado organizando los productos.

"¡Disculpe, señor!" - dijo Piripinpin, acercándose cautelosamente.

"¿Qué sucede, pequeño?" - preguntó el empleado con una sonrisa.

"Me perdí, no encuentro a mi mamá..." - respondió con un hilo de voz.

"No te preocupes. Vamos a buscarla juntos. ¿Cómo se llama tu mamá?" - dijo el empleado, agachándose para estar a su altura.

"Se llama Lola" - dijo Piripinpin, sintiéndose un poco más seguro.

El empleado, que se llamaba Tío Jorge, llevó a Piripinpin a varios pasillos preguntando a otros empleados si habían visto a una mamá coneja. Mientras buscaban, Piripinpin aprendió sobre diferentes frutas y verduras, lo que le empezó a distraer un poco de su ansiedad.

"¿Sabías que las manzanas son muy buenas para los dientes?" - le explicó Tío Jorge mientras pasaban por el área de frutas.

"¡Qué interesante!" - respondió Piripinpin, recordando lo mucho que le gustaba comer manzanas.

Finalmente, después de algunos momentos de búsqueda, escucharon una voz que llamaba a Piripinpin.

"¡Piripinpin! ¡¿Dónde estás, hijo? !" - era la voz de mamá.

"¡Acá estoy!" - gritó el conejo con alegría, corriendo hacia ella.

"¡Ay, Piripinpin! Estuve tan preocupada" - dijo mamá, abrazándolo con fuerza.

"Lo siento, mamá. No quería perderme, solo quería ver el tren..." - explicó, un poco avergonzado.

"Está bien, mi amor. Pero la próxima vez, debes acordarte de no soltarte de mi mano en lugares grandes" - le enseño mamá, mientras Tío Jorge sonreía.

En ese momento, Piripinpin aprendió una valiosa lección. Sabía que había que ser curioso, pero también era importante cuidar de su seguridad y estar cerca de sus seres queridos en lugares desconocidos. Al final de su aventura, mamá coneja le prometió que lo llevaría un día a comprar ese tren de juguete, pero ahora que había aprendido a ser responsable.

Así, juntos, Piripinpin y su mamá continuaron su día en el supermercado, llenando su carrito de verduras y frutas, y con una historia inolvidable que contar.

Desde aquel día, Piripinpin nunca olvidó la importancia de estar siempre atento y cuidar de su amada madre. Y, por supuesto, cuando regresaron a casa, disfrutaron de una deliciosa ensalada con las zanahorias que habían comprado. ¡Vaya aventura tuvo el pequeño conejo piripinpin!

FIN.

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