El Gran Aventura del Sarampión



Era un día soleado en la escuela infantil 'Los Estrellitas'. Los niños de 5 años estaban listos para disfrutar de un día lleno de juegos y aprendizaje. Entre risas y saltos, se encontraban dos mejores amigos: Lucas y Valentina.

"¡Hola, Valen! ¿Estás lista para jugar en el parque después de clase?" - preguntó Lucas emocionado.

"¡Sí! Pero primero quería ver qué actividades tenemos hoy" - respondió Valentina, mirando impulsivamente el cartel de actividades que colgaba en la pared.

Ese día, la maestra Ana había preparado un tema especial: "Cuidando nuestra salud". En la clase, los niños aprendieron sobre la importancia de mantenerse sanos y protegidos.

"Hoy vamos a hablar sobre el sarampión, una enfermedad que puede evitarse con una vacuna" - explicó la maestra Ana.

Los niños escuchaban atentos, mientras la maestra les contaba historias sobre cómo algunas personas no estaban vacunadas y se enfermaron. Lucas levantó la mano.

"¿Y a qué se parece el sarampión?" - preguntó curioso.

"Es como un juego en el que no quieres ser parte, porque puede hacerte sentir muy cansado y con un sarpullido por todo el cuerpo," - dijo Ana. "Pero hay una manera de evitarlo: ¡vacunándose!"

"Yo me vacuné. ¡Soy valiente!" - exclamó Valentina, levantando el puño en señal de victoria.

De repente, una niña nueva entró al aula. Era Sofía, que se había mudado de otra ciudad y llegó un poco tarde.

"Hola, soy Sofía. Espero que pueda jugar con ustedes" - dijo tímidamente.

Los niños la recibieron con entusiasmo, pero la maestra les recordó que antes de jugar, era importante asegurarse de que todos estuvieran bien de salud.

Unos días después, Sofía comenzó a sentirse un poco rara. Tenía un poco de fiebre y notó unas manchas en su piel. Estaba preocupada.

"Maestra Ana, no me siento bien. Tengo fiebre y... algo raro en mi piel" - le dijo Sofía, con los ojos llenos de lágrimas.

"Vamos a ver qué está pasando, Sofi. Es importante que hablemos con tu mamá y vayamos al doctor" - contestó la maestra Ana, con una voz que transmitía calma.

Los niños se asustaron un poco porque no sabían qué era lo que le pasaba a su nueva amiga. En la tarde, Sofía se quedó en casa y todos estaban preocupados.

"Creo que Sofía tiene sarampión, pero ella no estaba vacunada" - comentó Lucas, sintiéndose triste.

Valentina, intentando ser optimista, dijo:

"Pero podemos hacer algo. ¡Podemos contarle a todos los niños sobre la importancia de vacunarse! Así nadie se sentirá mal como Sofía".

Los niños decidieron hacer un cartel. Dibujaron colores brillantes y escribieron: "¡Vacunarse es divertido!". Todos ayudaron:

"¡Sí!" - gritaban. "Vacuna, vacuna, una gran amiga!".

Juntos, presentaron su cartel a la maestra Ana y le dijeron que querían llevarlo al patio para que más niños lo viesen. Ana sonrió y les dijo que era una hermosa idea.

El lunes, Sofía volvió a la escuela, más animada porque sabía que sus amigos pensaban en ella.

"¿Cómo estás, Sofi?" - le preguntaron todos al verla.

"Me siento mejor, gracias. Pero, ¿cómo aprendieron sobre las vacunas?" - Sofía preguntó, llena de curiosidad.

Lucas y Valentina compartieron la historia de cómo habían creado el cartel.

"¡Eso fue increíble! ¡Me encantaría ayudar!" - dijo Sofía, brillando de felicidad.

Durante el recreo, los niños se reunieron en el patio y empezaron a contarle a los otros compañeros sobre la importancia de vacunarse.

"Vacuna, vacuna, ¡no es una broma!" - gritaron todos juntos, riendo y saltando.

La maestra Ana, desde la ventana, observaba con orgullo cómo los niños estaban compartiendo lo que aprendieron, llenos de energía positiva. Sofía, con sus manchas aún visibles, sonreía al saber que podía ayudar a sus amigos y a otros niños.

Al final del día, Ana les aseguró que estar juntos y cuidar unos de otros era lo más importante.

"¡Gracias, amigos! Han hecho algo grandioso. ¡Ustedes son verdaderos héroes de la salud!" - dijo la maestra.

Los niños gritaban felices y todos aprendieron que cuidarse y cuidarse unos a otros era la manera de mantenerse sanos. Y así, de una forma divertida y unida, decidieron recordar siempre que la salud es un juego donde todos deben participar para ser un equipo fuerte.

Fin.

FIN.

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