El Gran Aventura en Quito Fest



Era un día soleado cuando Lucas y su amiga Sofía se encontraron en el parque.

"Hola, Sofía, ¿cómo estás?" - preguntó Lucas.

"¡Hola, Lucas! Muy bien, gracias. ¿Y vos?" - respondió Sofía con una sonrisa.

"Bien, bien. ¿Tenés planes para el fin de semana?" - inquirió Lucas.

"Sí, mi familia y yo vamos a Quito Fest por la noche." - dijo Sofía emocionada.

"¡Qué bueno! ¿Es la primera vez que vas?" - quiso saber Lucas.

"No, ya fui una vez y fue muy divertido. ¿Y vos? ¿Tenés planes?" - preguntó Sofía.

"No tengo nada planeado..." - dijo Lucas, un poco desanimado.

Sofía, al ver la tristeza en la cara de su amigo, tuvo una idea.

"¡Podés venir conmigo! Ikus, el dragón volador, siempre da sorpresas. Te va a encantar."

Lucas se ilumina un poco al escucharla.

"¿Ikus, el dragón volador?" - preguntó sorprendido.

"Sí, él tiene la habilidad de volar sobre el festival y ver todo desde arriba. Una vez me llevó a una aventura increíble."

"Suena genial, pero... ¿creerás que pueda ir?" - Lucas se sentía inseguro.

"¡Por supuesto! Vamos, será una gran aventura. ¿Quién quiere perderse un dragón volador?"

"¡Está bien! Estoy dentro!" - dijo Lucas, ahora emocionado.

Esa noche, Sofía y Lucas llegaron a Quito Fest. El ambiente estaba lleno de luces y música. Ambos se detenían a mirar los stands y las atracciones. De repente, se escuchó un estruendo.

"¿Qué fue eso?" - preguntó Lucas un poco asustado.

"No te preocupes. Es parte del espectáculo. ¡Mirá!" - Sofía señaló hacia el cielo.

Ikus apareció volando, iluminado por luces de colores. Los niños aplaudieron y vibraron de emoción.

"¡Vamos! ¡Quiero acercarme!" - gritó Lucas.

"¡Dale! ¡Es nuestra oportunidad!" - respondió Sofía, llevándolo hacia la multitud.

Mientras se aproximaban, escucharon a un grupo que hablaba sobre un concurso de disfraces.

"¿No sería genial participar?" - sugirió Sofía.

"Pero no tengo disfraz..." - se quejó Lucas.

"¡No importa! ¡Podemos improvisar!" - dijo Sofía con determinación.

Ambos comenzaron a buscar entre los elementos del lugar. Encontraron cartones, pinturas y algunos accesorios que otros habían olvidado.

"Con esto podemos hacer un disfraz de dragón y caballito de mar." - sugirió Sofía.

"¡Sí! ¡Dragón caballito de mar!" - rió Lucas, y se pusieron a trabajar enseguida.

Cuando terminaron, se miraron con satisfacción.

"¡Estamos listos!" - exclamó Lucas, lleno de energía.

"¡A concursar!" - respondió Sofía.

Con sus disfraces llamativos y una sonrisa en el rostro, se acercaron al escenario del concurso.

"¿Listos para mostrar su disfraz?" - preguntó el presentador.

"¡Sí!" - respondieron al unísono.

El concurso los llenó de adrenalina y, mientras los miraban moverse y reír, supieron que la verdadera diversión estaba en compartir esa experiencia juntos. Al final de la noche, aunque no ganaron el concurso, se dieron cuenta de que habían vivido una aventura única y divertida.

"¿Viste? ¡Fue increíble!" - dijo Lucas sonriente.

"Sí, y lo mejor de todo fue hacerlo juntos. La amistad convierte cualquier plan en la mejor aventura."

"Tenés razón, Sofía. Vamos a tener más aventuras juntos. ¡De ahora en más, siempre que haya un festival, voy a estar ahí contigo!"

"Así se habla, amigo. ¡A por más aventuras!"

Y así, Lucas y Sofía regresaron a casa con sus corazones llenos de alegría y recuerdos, sabiendo que cada día puede convertirse en una gran aventura si uno comparte la vida con buenos amigos.

FIN.

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