El Gran Baile de la Granja

Era un hermoso día soleado en la granja de Don Pedro. Los animales estaban emocionados porque se acercaba el gran baile de la granja. Entre ellos estaba la vaca Matilde, que siempre tenía una sonrisa en su cara.

Matilde dijo:

- ¡Hoy voy a lucir mi mejor lazo!

El gallo Ramón, que siempre quería ser el centro de atención, respondió:

- Yo seré el que cante más fuerte, así todos vendrán a bailarme.

La oveja Blanca, un poco tímida, murmuró:

- Pero, ¿y si nadie quiere bailar conmigo?

El cerdo Juanito, siempre optimista, le respondió:

- ¡No te preocupes, Blanca! ¡Yo bailaré contigo! Vamos a divertirnos.

Y el caballo Galopón, que era el más fuerte de la granja, añadió:

- Además, ¡podemos tener una competencia de baile! El que mejor baile, ganará un montón de heno delicioso.

Así que, emocionados, comenzaron a preparar todo para el baile. Pero cuando llegó la noche, notaron que el cielo se oscurecía. Las nubes comenzaron a cubrir la luna, y comenzó a llover.

- ¡Oh no! - gritó Ramón.

- ¡No podemos bailar bajo la lluvia!

Blanca se preocupó y dijo:

- ¿Y si el baile se cancela?

Pero entonces, Juanito tuvo una gran idea.

- ¡Hagamos el baile en el granero! Es techado y todos cabemos. ¡Éxito garantizado!

Todos se miraron y, con una sonrisa, asintieron. Empacaron todo lo que habían preparado y corrieron al granero. Allí, bajo el cálido sonido de la lluvia, se llenaron de alegría.

Ramón comenzó a cantar, mientras Matilde giraba con su lazo, Blanca y Juanito saltando de un lado a otro, y Galopón moviendo su cola al ritmo de la música. El granero se llenó de risas y miradas felices.

Y así, el gran baile de la granja fue un éxito, y todos aprendieron que a veces los planes cambian, pero siempre pueden hacer algo especial.

Al final de la noche, mientras se despedían todos se abrazaron. Matilde dijo:

- A veces, ¡las sorpresas son las mejores partes!

Y así, los amigos de la granja descubrieron que lo importante no era el lugar, sino estar juntos y disfrutar. Y aunque la lluvia caía afuera, sus corazones estaban llenos de luz y alegría.

Fin.