El Gran Baile de los Números



Érase una vez, en un colorido bosque, un pequeño conejo llamado Rufi. Rufi era un conejo muy curioso y le encantaba jugar. Un día, mientras exploraba, encontró un cartel que decía: “¡Gran Baile de los Números! ¡Todos están invitados!"

Rufi saltó de alegría. "¡Voy a bailar con mis amigos!"- pensó. Pero antes de ir al baile, decidió contar algunos de sus juguetes.

Primero, Rufi miró a su izquierda y vio una caja llena de pelotas. "Contemos las pelotas"- dijo emocionado. "Una, dos, ¡tres pelotas!"-

Mientras Rufi jugaba, se le ocurrió que quizás necesitaba más amigos para el baile.

"Voy a buscar a mis amigos", dijo, y salió a dar un paseo.

En el camino, se encontró con su amiga la tortuga, llamada Lía.

"Hola, Rufi. ¿A dónde vas tan rápido?"

"Voy al Gran Baile de los Números, ¿quieres venir?" Rufi respondió.

Lía pensó un momento y dijo, "¡Sí! Pero primero debemos contar nuestras hojas de lechuga."-

Así que se pusieron a contar: "Una, dos, tres, cuatro, ¡cinco hojas de lechuga!"-

Entonces, Rufi y Lía se dirige a la colina donde se celebraba el baile.

Al llegar, vieron a muchos animales: ardillas, pájaros y hasta un oso. Todos estaban disfrutando de la música, pero Rufi se dio cuenta de que faltaba algo importante.

"¿Dónde están los números para bailar?"- gritó Rufi. La ardilla, muy rápida, contestó: "Los números se fueron a jugar al escondite. Necesitamos contar y encontrarlos."

Rufi miró a Lía y dijo, "¡Vamos a contarlos!"- Así que los dos amigos empezaron a buscar.

Contaron los arbustos: "Uno, dos, tres arbustos..."- Pero no había ningún número allí. Luego buscaron detrás de un árbol, "Uno, dos, tres árboles... ¡y ahí está el número uno!"-

"¡Encontramos un número!"- gritó Lía emocionada.

Pero no podían parar. "¡Uno no es suficiente!"- dijo Rufi.

Así que siguieron buscando juntos y contaron más objetos:

"Cuatro, cinco, ¡seis flores!"- Encontraron el número dos escondido entre las flores.

Al final, después de mucho contar y jugar, encontraron todos los números: uno, dos, tres, cuatro y cinco.

"¡Ahora sí, al baile!"-

Los números estaban muy felices de ser encontrados. "¡Gracias por traernos al baile!"- dijeron. Rufi y Lía se unieron a la fiesta, y todos comenzaron a bailar contando al mismo tiempo:

"Uno, dos, tres... ¡bailamos juntos!"- ¡Fue un gran baile lleno de música, risas y mucho contar!

Al final del día, Rufi miró a su amiga y dijo, "Hoy aprendí que contar es muy divertido, ¡y también encontrar amigos!"- Y así, el bosque se llenó de alegría mientras Rufi, Lía y todos sus amigos celebraban el Gran Baile de los Números.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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