El Gran Banquete del Bosque



En el corazón del Bosque Arcoíris, donde los árboles eran altos y las flores brillaban como joyas, vivía una comunidad de animales muy diversa. Había un majestuoso ciervo llamado Rayo, una astuta zorra llamada Lila, un simpático conejo llamado Brinco, y un sabio búho llamado Sabio. Un día, Rayo tuvo una idea.

"¡Hagamos un gran banquete para celebrar la amistad entre todos nosotros!" - propuso emocionado.

Los demás animales aplaudieron la idea, pero cada uno tenía su propia idea de lo que significaba un banquete. Rayo, con su gran tamaño, quería que todos llevaran su comida más fina y lujosa.

"Traigan los frutos más dulces, las nueces más grandes y las hierbas más frescas" - ordenó.

Lila, la zorra, pensó que eso era un poco demasiado.

"Podríamos hacer algo más sencillo. ¿Por qué no traemos lo que tenemos? Será más divertido compartir lo que cada uno puede ofrecer" - sugirió.

Pero Rayo no escuchó.

El día del banquete llegó y cada uno de los animales se preparó para el evento. Todos se alinearon en la gran pradera, orgullosos de llevar sus mejores platos. Rayo llegó con una enorme cesta llena de manjares que había cosechado.

"¡Miren lo que traigo!" - dijo con gran orgullo, y los demás animales se sintieron intimidados por la abundancia de Rayo.

Lila llegó con una pequeña canasta de bayas.

"No son las más grandes, pero son muy ricas" - dijo, avergonzándose un poco.

Brinco, el conejo, trajo solo unas pocas zanahorias.

"No tengo mucho, pero espero que les gusten" - comentó tímidamente.

Cuando todos los animales se reunieron, comenzaron a servir y a degustar los platos. Rayo se sentía muy satisfecho, pero cuando miró alrededor se dio cuenta de que no había suficiente comida para todos.

"¿Pero por qué nadie tenía más?" - se preguntó.

Lila se acercó a Rayo y le dijo:

"Quizás lo que necesitábamos no era más cantidad, sino variedad. Si todos compartiéramos lo que realmente teníamos, habría más para disfrutar".

Rayo sintió un ligero remordimiento.

"Tienes razón, Lila. Me dejé llevar por la idea de grandeza en vez de pensar en la unidad" - respondió.

En ese momento, el sabio búho que había observado todo desde lo alto, comentó:

"A veces creemos que el tamaño importa, pero lo más importante es el espíritu de generosidad y compartir. Aprendamos de esto y hagamos que lo siguiente sea diferente".

Los animales se miraron y comenzaron a reír.

"¡Sí! La próxima vez, traigamos lo que tengamos y compartamos entre todos" - exclamó Brinco.

Así, decidieron terminar el banquete dividiendo lo que había, y aunque no fuera tanto, se sintieron felices de estar juntos y compartir su comida.

Desde ese día, cada vez que se organizaba un banquete en el Bosque Arcoíris, todos los animales llevaban lo que podían, y cada reunión se convertía en una gran celebración, llena de risas y amor compartido, donde la humildad, el respeto y la generosidad siempre fueron los protagonistas.

Y así, aprendieron que lo más valioso no era lo que cada uno traía, sino la alegría de compartir juntos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!