El Gran Cambio de la Clase Mágica
Era un soleado lunes en la escuela primaria de Villa alegría. Los alumnos de 5to grado estaban en la clase de la profesora Clara, una mujer siempre sonriente y con un amor especial por la enseñanza. En el aula, había un grupo muy unido llamado 'Los Súper Amigos'. Este grupo estaba formado por Lucas, Sofía, Martín y Valentina. Desde que se conocían, siempre hacían sus trabajos juntos y parecían no necesitar a nadie más.
Los otros compañeros, como Joaquín, Ana y Tomás, miraban desde la distancia y se sentían excluidos.
"¡Mirá! Ahí están los Súper Amigos otra vez, no quieren que nadie se acerque", comentó Joaquín a Ana, con tristeza en su voz.
"Sí, a veces pienso que podríamos tener un grupo también, pero siempre nos ignoraron", añadió Ana, con un suspiro.
La profesora Clara notó el ambiente tenso. Los Súper Amigos se reían y compartían entre ellos sin prestar atención a los demás. Decidió que era hora de un cambio.
"Queridos alumnos, hoy haremos algo diferente", anunció Clara con entusiasmo. "Vamos a formar nuevos grupos para trabajar en un proyecto especial sobre la amistad".
Los Súper Amigos se miraron entre sí, sorprendidos.
"Pero profesora, ¡estamos bien así!" interrumpió Lucas, algo preocupado.
"Lo sé, Lucas, pero creo que todos tienen algo valioso que aportar. La amistad es más rica cuando se comparte", le respondió la maestra.
Así, dividiendo la clase en grupos de cuatro, Clara se aseguró de que cada grupo tuviera al menos un miembro de Los Súper Amigos y otros compañeros. Por ejemplo, Lucas quedó en el mismo grupo que Joaquín, Sofía con Ana, Martín con Tomás y Valentina con la nueva compañera, Luna.
Al principio, el grupo de Lucas estuvo algo incómodo.
"No sabes nada de este tema", le dijo Lucas a Joaquín, quien apenas respondió.
Sin embargo, así comenzó una interacción inesperada. Joaquín, frustrado, decidió tomar la iniciativa.
"Escuchame, Lucas, antes no te dejaba que me acercara. Pero ahora estoy aquí, y tengo muchas ideas que te podrían sorprender", dijo Joaquín con voz firme.
Para sorpresa de todos, Joaquín compartió su investigación, ¡y a Lucas le pareció interesante! Cuando finalmente comenzaron a unirse las ideas, la chispa de la creatividad brilló.
Sofía, trabajando con Ana, notó que su amiga tenía un talento especial para hacer dibujos.
"¡Tus ilustraciones son increíbles! ¿Te gustaría diseñar la presentación?", le dijo.
Ana sonrió de oreja a oreja.
Mientras tanto, en otro grupo, Martín y Tomás rieron cuando encontraron un tema que los entusiasmaba a los dos: ¡los dinosaurios! Empezaron a investigar juntos, y el tiempo pasó volando.
Y Valentina, trabajando con Luna, descubrió que tenían muchísimas cosas en común, desde los libros hasta sus películas favoritas, lo que las hizo sentir como viejas amigas.
El día de la presentación, los grupos compartieron su trabajo. Al final, sonaron aplausos de manos.
"Lo hicimos juntos! ¡Nos complementamos!" gritó Martín, mientras celebraban.
La profesora Clara sonrió al ver la alegría en los rostros de sus estudiantes.
"¿Vieron lo que se puede lograr cuando trabajamos juntos? Todos tienen algo único que ofrecer y aprender", explicó, orgullosa.
La clase acordó hacer más trabajos en equipos y se deshizo la antigua regla de "solos somos más fuertes".
La próxima vez, Lucas y Joaquín, Sofía y Ana, Martín y Tomás, todos se unieron con entusiasmo.
Desde aquel día, Los Súper Amigos aprendieron que la verdadera amistad no se trata de mantener lo bueno solo entre ellos, sino de compartir sus risas, ideas y momentos especiales con todos. La clase de la profesora Clara se volvió más unida y divertida.
Así, la magia de las amistades floreció en Villa Alegría, recordándoles a todos que siempre hay espacio para más amigos.
"¡Gracias, profesora Clara!", gritaron a coro.
Y desde ese día, el aula fue reconocida como la Clase Mágica, donde todos los chicos aprendieron que juntos son un verdadero equipo.
FIN.