El Gran Cambio en la Escuela San José



En un pequeño pueblo, había una escuela llamada San José. Los chicos y chicas de la escuela eran muy divertidos y hacían mil travesuras, pero había un problema: ¡la higiene no era su fuerte! Los pasillos estaban desordenados, los baños siempre estaban sucios y nadie parecía preocuparse por ello.

Un día, la profesora Clara, una maestra muy querible, decidió que era hora de hacer un cambio. "Chicos, hoy vamos a hablar sobre la higiene en la escuela. ¿Saben por qué es importante mantener todo limpio y ordenado?"- preguntó con una sonrisa. Los alumnos la miraron con curiosidad.

"¡Para evitar enfermedades!"- gritó Lucas, el más travieso del grupo. Todos rieron, pero Clara quería explicar más.

"Exactamente, Lucas. Pero no solo eso, también nos ayuda a sentirnos bien en nuestro espacio, y a estudiar mejor. Así que, ¿qué les parece si hacemos un plan para mejorar la higiene de nuestra escuela?"- propuso la profesora.

Los chicos se entusiasmaron con la idea. María, la más creativa, sugirió hacer carteles para recordar a todos la importancia de lavarse las manos. "Podemos ponerlos en los baños y en la entrada de la escuela"- dijo con alegría.

Por su parte, Tomás, el más inquieto, sugirió tener un día de limpieza. "Podríamos hacer una competencia. El grupo que recoja más basura, ¡gana una pizza!"- todos aplaudieron ante la idea.

Así, con varias ideas en mente, los chicos se organizaron. Clara les ayudó a crear los carteles y el día de limpieza se acercaba. Cada grupo eligió una parte de la escuela y todos estaban entusiasmados.

El día de la limpieza, todos se pusieron un overol y comenzaron a trabajar. Las risas llenaban el aire mientras se deshacían de papeles, plásticos y todo tipo de basura que habían encontrado por el camino. Con cada bolsa que llenaban, sentían que la escuela se convertía en un lugar más bonito.

Al final del día, se reunieron en el patio. "¿Listos para contar cuántas bolsas juntamos?"- preguntó Clara. Todos aclamaron que estaban listos. Cuando terminaron de contar, ¡resultó que habían juntado diez bolsas de basura!"¡Increíble! Ustedes sí que son campeones de la higiene, y ahora vamos a celebrar con la pizza... pero antes, ¡a lavarse las manos!"- dijo la maestra con una risa.

Todos corrieron hacia los baños, los chicos recordaron que la higiene era muy importante no solo en el aula, sino también en sus hogares.

Con el tiempo, el ambiente en la Escuela San José cambió por completo. Los pasillos brillaban y los baños eran un lugar limpio y agradable. Los carteles recordaban a todos los días la importancia de mantener la higiene. Los chicos comenzaron a llegar a la escuela con la merienda en recipientes limpios y cada vez que veían un papel o algo en el piso, lo recogían automáticamente.

Eso atrajo la atención del pueblo, y la historia de la escuela se volvió famosa. El director del municipio resaltó el trabajo de los chicos y los invitó a dar una charla sobre higiene en todas las escuelas del distrito.

El día de la charla, Lucas, María y Tomás estaban nerviosos, pero Clara los animó. "Recuerden, lo que hicieron fue un gran ejemplo para todos. Hablen desde el corazón y cuenten cómo se sintieron al hacer el cambio"- les dijo.

Mientras hablaban, contaron cómo el esfuerzo colectivo había producido un cambio positivo en su escuela. "La higiene no solo es sobre limpiar,¡es sobre cuidar nuestro espacio y a nosotros mismos!"- dijo María emocionada. Todos en el público aplaudieron al final, convencidos de que un cambio en las pequeñas cosas puede hacer una gran diferencia.

Así fue como la Escuela San José se convirtió en un lugar donde la higiene y la alegría no solo convivían, sino que eran parte de su realidad diaria. Todos sabían que al cuidar su entorno, cuidaban también de su salud y, sobre todo, unos de otros. Y fue así como, gracias a su esfuerzo y compromiso, San José se convirtió en un modelo a seguir en materia de higiene escolar. Fin.

FIN.

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