El Gran Campamento en el Jardín
Era un hermoso día soleado en Simoca y en el jardín de nivel inicial "Los Pequeños Exploradores" todos los niños estaban emocionados porque ese día se iba a llevar a cabo el gran campamento educativo que habían estado esperando durante semanas. La maestra Lila había planeado un montón de actividades divertidas y educativas.
"¿Qué vamos a hacer primero, maestra Lila?" - preguntó Tobi, un niño lleno de energía.
"Comenzaremos con una búsqueda del tesoro en el jardín. Van a aprender sobre las plantas y los animales que viven aquí. ¡Prepárense!" - respondió la maestra, sonriendo.
Los niños se pusieron sus gorros de explorador y salieron al jardín, emocionados. Lila les dio pistas sobre las diferentes plantas y árboles. Uno de ellos, el eucalipto, tenía una historia especial.
"¿Sabían que los koalas aman las hojas del eucalipto?" - contó Lila mientras los niños observaban las hojas verdes.
"¡Quiero un koala de mascota!" - exclamó Luca, haciendo reír a todos.
Después de buscar y aprender, encontraron una caja del tesoro. Cuando la abrieron, había varios objetos de la naturaleza: piñas, piedras de colores y un libro sobre animales.
"¡Miren lo que encontramos!" - gritó Sofía, emocionada.
"¡Es el libro de los animales!" - exclamó Tobi.
La maestra Lila sonrió mientras los niños hojeaban el libro.
"Ahora, ¡vamos a hacer un mural con todo lo que encontramos!" - propuso.
"¿Puedo dibujar a un koala?" - preguntó Luca, aún pensando en su mascota.
Al regresar al salón, Aria, una de las niñas más creativas, se le ocurrió una idea.
"¿Y si en vez de un mural, hacemos un cuento con nuestras aventuras?"
"¡Esa es una idea genial!" - dijo Sofía.
"Podemos hacer personajes y todo!" - añadió Tobi.
Así que, en lugar de un mural, comenzaron a crear su propia historia. Cada uno eligió su parte:
"Yo seré el valiente aventurero que encuentra un koala que habla!" - dijo Luca entusiasmado.
"¡Yo seré el árbol sabio que conoce todos los secretos del bosque!" - dijo arias mientras pensaba en su personaje.
"Y yo el pequeño pájaro que vuela alto para ayudar a los amigos!" - gritó Tobi.
Con la ayuda de la maestra, organizaron las ideas y empezaron a escribir. La historia cobraba vida en las hojas. Sin embargo, después de un rato, un fuerte viento comenzó a soplar y algunas hojas volaron por el aire.
"¡Cuidado!" - gritó Lila mientras trataba de atrapar las hojas.
"¡Mis dibujos!" - exclamó Sofía, que había dejado su hoja al borde de la mesa.
Así que decidieron ir al patio para proteger sus historias. Allí, se sentaron en círculo, y cada uno inyectó su personaje en sus relatos.
"El koala valiente tiene que cruzar un río lleno de cocodrilos..." - empezó Luca, entusiasmado.
"Y el árbol sabio le da un consejo así que puede saltar con seguridad!" - dijo Aria.
Una vez que cada uno terminó de contar su parte, Lila recogió las historias y les prometió que al final del campamento, cada uno tendría su propio libro con toda la aventura.
"Pero... ¿qué pasará con el koala?" - preguntó Tobi.
"¡Eso lo sabremos cuando todos terminen de contar las historias!" - contestó Lila guiñándole el ojo.
Así, el día siguió lleno de diversión, y al caer la tarde, todos los niños estaban ansiosos por escuchar el final de su cuento.
"Así que, el valiente koala, gracias a su amistad y a los consejos del árbol sabio y el pájaro valiente, logró atravesar todos los obstáculos y se convirtió en un héroe del bosque!"
"¡Y un amigo para todos!" - concluyó Lila.
Los niños aplaudieron, felices de haber creado algo juntos, y así, después de un gran día lleno de aprendizajes y risas, cada uno volvió a casa con el corazón lleno de alegría y su propio libro de cuentos para compartir con sus familias.
Y así terminó el gran campamento educativo en el jardín de Simoca, donde no solo aprendieron sobre la naturaleza, sino también la importancia de la amistad y la creatividad.
Así, el día se cerró con la promesa de nuevas aventuras por venir en "Los Pequeños Exploradores".
FIN.