El Gran Concierto de la Capibara



En un cálido día de verano, en un pequeño bosque cerca de un río, vivía una capibara llamada Capi. A Capi le encantaba cantar, pero había un pequeño secreto: solo cantaba cuando estaba sola. Su parte favorita del día era cuando se metía en la ducha al aire libre, donde las gotitas de agua, que caían como si fuera una lluvia de estrellas, la hacían sentir como una verdadera estrella.

Un día, mientras cantaba su canción favorita, una melodía dulce que hacía eco en el bosque, su amiga la tortuga Tula, que pasaba cerca, la escuchó.

"¡Capi! ¡Qué bonito que cantás!" - exclamó Tula, acercándose curiosa.

Capi, un poco tímida, letasójaó: "Gracias, Tula. Pero no soy tan buena como creés. Solo canto en la ducha, por eso me atrevo a hacerlo."

Tula sonrió y le dijo: "¡Deberías mostrarle a todos lo que podés hacer!".

Capi se sonrojó un poco y respondió: "No sé si podría, me da vergüenza que me escuchen."

Pero Tula, entusiasta, tuvo una idea brillante: "Hagamos un concierto! Invitemos a todos los animales del bosque. Eso te dará confianza. ¡Sos increíble!"

Capi dudaba, pero al final aceptó. Pasaron la tarde organizando el evento y Tula prometió que sería muy divertido. Capi soñó con cantar en público, pero sus dudas voluptuosas la asediaban.

El día del concierto llegó. Todos los animales del bosque se reunieron alrededor de un hermoso claro. Capi se asomó detrás de un arbusto y, al ver a sus amigos, sus nervios comenzaron a tambalear.

"No puedo, Tula. Me da miedo. Lo estoy pensando mucho…" - le susurró Capi.

"¡Puedes! Todos te quieren, y solo quieren escuchar tu hermosa voz. Y si te equivocas, no importa. Lo importantes es que te diviertas y que todos podamos disfrutar contigo".

Con ese empujón de confianza, Capi dio el primer paso rumbo al escenario improvisado. El claro se llenó de murmullos de emoción.

Cuando Capi se plantó frente a todos, su corazón latía como si fuera un tambor. Miró a sus amigos: Tula la animaba con su sonrisa, el pájaro Berto la miraba con ojos brillantes, y el ciervo Lucho asentía con la cabeza, dándole ánimos.

"Voy a intentarlo..." - murmuró Capi.

Así que, con un profundo suspiro, empezó a cantar. La melodía suave llenó el aire y los animales se quedaron en silencio, cautivados por su voz. Cada nota que salía de su boca era como una pompa de jabón que flotaba en el viento.

Sin embargo, a mitad de la canción, Capi cometió un pequeño error y se olvidó la letra. Se puso nerviosa, y los murmullos entre los animales comenzaron a escucharse.

Pero en lugar de rendirse, se acordó de las palabras de Tula. Se rió de la situación, y comenzó a improvisar una nueva letra. Para su sorpresa, todos los animales comenzaron a aplaudir y a acompañarla con sus vocalizaciones. El pájaro Berto empezó a trinar y el ciervo Lucho hizo un pequeño baile.

"¡Eso es, Capi! ¡Seguí!" - le gritó Tula emocionada.

Capi continuó, llena de alegría, sintiendo que estaba compartiendo un momento mágico con todos. Al finalizar la canción, todos los animales se pusieron de pie y aplaudieron con entusiasmo.

"¡Sos una verdadera estrella, Capi!" - le dijo Tula.

Capi sonrió alegre. Ya no tenía miedo de cantar, entendió que lo importante era disfrutar y compartir un poco de alegría con sus amigos.

Desde aquel día, Capi no solo cantó en la ducha, sino que también se volvió la cantante oficial del bosque; cada domingo, todos los animales se reunían para escuchar las melodías de la capibara, sus canciones llenaban el aire con risas y felicidad. Y así, con sus dudas atrás, Capi aprendió lo más importante: el verdadero valor de ser uno mismo y compartir el talento con el mundo bonito que la rodeaba.

FIN.

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