El Gran Concurso de Canto del Bosque
Era una hermosa mañana en el bosque de Verdelandia. Los árboles se mecían suavemente al ritmo del viento, y los pájaros cantaban con alegría. Todos los animales del bosque estaban muy emocionados porque ese día se celebraba el Gran Concurso de Canto del Bosque. El ganador tendría la oportunidad de actuar en el festival de primavera que reuniría a todos los animales de los alrededores.
La ardilla Sara saltó de rama en rama, reuniendo a sus amigos para practicar su canción.
"¡Vamos, chicos! ¡Hoy es el gran día!" - gritó Sara con entusiasmo.
Los demás animales se reunieron. Estaba el loro Lucas, que siempre había sido el mejor cantor del lugar, la tortuga Tita, que a pesar de ser lenta, tenía una voz sorprendentemente melodiosa, y el conejo Rocco, que era muy tímido y jamás había cantado en público.
"Espero que no sea una competencia muy feroz", dijo Tita, moviendo su cabeza con preocupación.
"No te preocupes, Tita. ¡Sólo divirtámonos!" - respondió Lucas, inflando su pecho con confianza.
Rocco los miraba en silencio, sintiéndose más nervioso a medida que sus amigos hablaban de lo que harían en el concurso. La idea de cantar frente a todos lo angustiaba, pero no quería desanimar a sus amigos.
Cuando llegó el momento del concurso, todos los animales se reunieron en un claro del bosque. Los jueces eran un búho sabio llamado Don Sabio y una elegante cierva llamada Doña Linda. Todos los animales esperaban con emoción ver quién se llevaría el premio.
Sara fue la primera en cantar, y su dulce melodía hizo que todos los animales aplaudieran.
"¡Sos increíble, Sara!" - comentó Lucas, entusiasmado.
Luego, Lucas subió al escenario y su potente canto dejó a todos boquiabiertos.
"¡Esa fue la mejor actuación que he escuchado!" - exclamó Doña Linda.
Pronto era el turno de Tita. La tortuga, aunque algo nerviosa, respiró hondo y comenzó a cantar con su voz suave y melodiosa. A todos les encantó y el público la aplaudió con gusto.
Finalmente, era el turno de Rocco.
"No puedo hacer esto..." - murmuró el conejo, mirando a su alrededor. Pero Sara lo animó.
"¡Vamos, Rocco! Sabemos que tenés una hermosa voz!" - le dijo.
Con un poco de duda, Rocco se acercó al escenario. Al principio, le temblaban las patas, pero al cerrar los ojos y recordar los buenos momentos con sus amigos, decidió intentar cantar. Se aclaró la garganta y comenzó a cantar, un poco titubeante al principio.
A medida que avanzaba, fue tomando confianza y poco a poco su voz se volvió más fuerte y clara. Cuando terminó, la multitud estalló en aplausos y vítores. Rocco no podía creerlo, se sintió tan aliviado y feliz.
Los jueces se reunieron para deliberar y, después de unos minutos, Don Sabio dio el veredicto.
"El ganador del Gran Concurso de Canto del Bosque es... ¡Rocco!" - anunció con una gran sonrisa.
Todo el bosque estalló en vítores y aplausos. Rocco, sorprendido, no podía creerlo. Sara, Lucas y Tita lo rodearon emocionados.
"¡Sos un genio, Rocco!" - gritó Sara.
"Nunca pensé que fueras tan talentoso!" - agregó Lucas, feliz.
Rocco sonreía, sus miedos se desvanecieron en el aire. Comprendió que no se trataba solo de ganar, sino de disfrutar y superar sus propios temores. Desde ese día, Rocco se convirtió en el cantante más querido del bosque, e inspiró a otros animales a intentar cosas nuevas y a no tener miedo de mostrar su talento.
Y así, el Gran Concurso de Canto no solo celebró la música, sino que también unió a todos los animales de Verdelandia, enseñándoles que todos pueden brillar si se atreven a intentarlo.
FIN.