El Gran Concurso de Canto del Bosque
Un día soleado en el bosque de Los Susurros, todos los animales estaban emocionados porque se acercaba el Gran Concurso de Canto. El conejo Ringo había sido el ganador del año anterior y estaba decidido a revalidar su título. "Este año tengo que ser el mejor de todos", se decía a sí mismo mientras ensayaba.
En el otro lado del bosque, la pequeña ruiseñor Lila se preparaba para su primer concurso. "Estoy muy nerviosa, Ringo. ¿Qué pasa si no canto bien?" -le dijo a su amigo, el ratón Pipo, que siempre la acompañaba. "No te preocupes, Lila, lo importante es disfrutar y dar lo mejor de vos", la animó Pipo.
El día del concurso llegó y todos los animales se reunieron en un claro del bosque. Había ardillas, zorros, ciervos y hasta una tortuga que, aunque lentamente, llegó a tiempo. La competencia comenzó con cada participante mostrando su talento. Cuando llegó el turno de Ringo, cantó con todos sus esfuerzos.
Pero justo en medio de su actuación, un fuerte estruendo hizo que todos se detuvieran. Era un árbol que se había caído, bloqueando el camino hacia el río, la principal fuente de agua del bosque. Los animales entraron en pánico. "¿Qué vamos a hacer?" -gritó una ardilla.
Ringo, en lugar de preocuparse por el concurso, se dio cuenta de que los animales necesitaban ayuda. "Chicos, tenemos que trabajar juntos para mover el árbol y despejar el camino". Todos estaban confusos. "¿Pero y la competencia?" -preguntó Lila.
"Puede esperar. Lo más importante es ayudar a nuestros amigos" -respondió Ringo.
Los animales decidieron unirse y encontrar una solución. El ciervo, con su gran fuerza, ayudó a empujar el árbol mientras las ardillas, rápidas y pequeñas, se encargaban de despejar las ramas. Lila, que era ligera, volaba y guiaba a los demás sobre cómo mover el árbol.
Después de mucho esfuerzo, lograron trasladar el árbol, y el camino hacia el río quedó libre una vez más. Todos respiraron aliviados y comenzaron a gritar de alegría. "¡Lo hicimos!" -exclamó Pipo, saltando feliz.
Al ver lo que habían logrado juntos, Ringo se dio cuenta de que había algo más valioso que ganar un concurso. "Hoy hemos demostrado que la verdadera victoria es ayudarnos unos a otros" -dijo Ringo, sonriendo.
Cuando llegó el momento de reanudar el concurso, todos los animales decidieron que los ganadores no serían un único animal, sino todos ellos por su trabajo en equipo y por ser solidarios. "¡Vamos a cantar juntos!" -sugirió Lila, y así lo hicieron, un hermoso coro que resonó por todo el bosque.
Desde ese día, el Gran Concurso de Canto se transformó en una celebración de unidad y amistad en el que todos eran ganadores. El bosque de Los Susurros no solo se llenó de música, sino también de risas y sonrisas compartidas.
FIN.