El Gran Concurso de Chistes del Bosque
En un frondoso bosque donde los árboles eran altos como edificios y los ríos sonaban como risas, se organizó el primer Gran Concurso de Chistes. Animales de todos los rincones se preparaban para contar sus mejores ocurrencias. La noticia voló como el viento y todos querían participar.
La ardilla Lila, conocida por su energía inagotable, decidió que tenía que ganar ese concurso. "¡Voy a contar el chiste más divertido de todos!"-, se decía mientras buscaba entre sus nueces de ideas. Pero no estaba sola. El loro Pipo, que siempre tenía algo que decir, y el oso Carlitos, conocido por su gran risa, también estaban en la competencia.
Cuando llegó el día del concurso, el lugar estaba lleno de animales de todo tipo: ranas, ciervos, hasta un viejo búho que parecía el juez más serio del mundo. Lila fue la primera en subir al escenario.
"¿Cuál es el animal más antiguo?"- preguntó con una gran sonrisa.
"¡La cebra! Porque está en blanco y negro!"- dijo, y los animales comenzaron a reírse a carcajadas.
"No estuvo mal, Lila, pero yo tengo algo mejor!"- exclamó Pipo mientras se acomodaba las plumas.
"¿Por qué los pájaros no usan Facebook?"- preguntó.
"¡Porque ya tienen Twitter!"- Y el público estalló en risas nuevamente.
Carlitos, que estaba un poco nervioso, pensaba: "¡Oh, qué voy a contar!"- Pero entonces, se acordó de un recuerdo gracioso de cuando había tratado de hacer ejercicios, y se animó.
"¿Por qué los osos nunca usan reloj?"- dijo, con voz temblorosa. "Porque siempre son tarde para la siesta!"- Y el bosque entero se llenó de risas.
Después de que los tres contaran sus chistes, los animales se debatieron entre sí para decidir quién era el más divertido. Los gritos y las carcajadas resonaban.
De repente, un pequeño ratón llamado Toto, que había estado escuchando desde atrás, se acercó tímidamente. "Excusenme, ¿puedo contar uno?"- preguntó con voz pequeña. Todos se quedaron en silencio, intrigados.
"¡Dale, contá!"- le animó Lila.
"¿Qué le dijo el uno al diez?"- dijo Toto, y todos contuvieron la risa. "¡Para ser como yo, tenés que ser sincero!"- Y todo el bosque estalló en risas nuevamente.
Los tres grandes cómicos miraron al ratoncito y se sintieron un poco mal por no haberlo invitado antes. Así que, juntos, decidieron que el verdadero ganador del concurso era Toto, el pequeño ratón.
"¡Felicidades! Hiciste reír a todos!"- gritó Carlitos.
"¡Sí, ser sincero y divertido es lo más importante!"- agregó Pipo.
Toto, emocionado, miró a sus amigos y dijo: "No importa quién gane, lo más lindo de hoy fue que todos nos hicimos reír juntos. El verdadero premio es hacer reír a los demás y compartir buenos momentos."-
Desde ese día, el Gran Concurso de Chistes del Bosque se convirtió en un evento anual, donde todos los animales, sin importar su tamaño o especie, podían compartir sus chistes y reír juntos. Así aprendieron que la alegría se multiplica cuando se comparte.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, pero las risas del bosque jamás se detendrán.
FIN.