El Gran Concurso de Colores y Formas

Era un hermoso día en el País de las Formas, donde todos los personajes eran figuras geométricas de distintos colores y texturas. En el centro de esta tierra mágica se encontraba la Plaza de la Diversión, donde un gran cartel anunciaba: "¡El Gran Concurso de Colores y Formas!". Todos los habitantes estaban emocionados, pero pocos sabían que había un pequeño problema.

En la esquina del país vivía un triángulo llamado Trixie, que era una figura inquieta y soñadora, pero a la vez muy tímida. Trixie adoraba los colores vivos y las texturas brillantes, pero siempre se sentía insegura de participar en los concursos y eventos de la plaza.

El día del concurso, Trixie decidió que esta vez daría lo mejor de sí misma:

"Hoy es el día. Voy a demostrar que puedo brillar, aunque sea un triángulo".

Mientras tanto, en el escenario, el cuadrado Sammy y el círculo Círculo estaban muy nerviosos. Sammy, siempre tan recto y preciso, dijo:

"¿Y si no somos lo suficientemente creativos?"

"Calma, Sammy. ¡Solo tenemos que divertirnos!" respondió Círculo, con su personalidad alegre.

El concurso era para ver quién podía presentar la forma más creativa, combinando colores y texturas. Trixie se acercó y vio que todos estaban haciendo grandes preparativos. Sammy había elegido el color azul, y su textura era suave como el terciopelo. Estaba convencido de que eso lo haría ganar.

Círculo eligió una mezcla de rojo y amarillo, creando un color anaranjado vibrante, y su textura era rugosa, como una pelotita de fútbol. Círculo tenía claro que la clave para participar era la diversión, y lo demostraba bailando al ritmo de la música.

Trixie, inspirada por la alegría de Círculo, se sentó bajo un árbol de manzanas rojas y verdes y comenzó a pensar en cómo podía destacar. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que la belleza no estaba solo en ser una figura perfecta, sino en ser auténtica.

Entonces, tuvo una idea brillante. Se llenó de valor y exclamo:

"¡Voy a hacer algo diferente!". Trixie comenzó a pintar sus lados con colores radiante: un lado amarillo brillante, otro azul celeste y el tercero un verde esmeralda. Luego, para la textura, usó papel de lija para un lado, que le daba un toque rugoso, y laca brillante para los otros, creando un hermoso contraste.

Cuando llegó su turno, Trixie temblaba de nervios. Solo tenía que recordar lo que había aprendido en el camino: ser auténtica. Con un profundo suspiro, se acercó al escenario.

"Hola a todos, soy Trixie y hoy quiero mostrarles mi forma única".

Hoy usé colores vibrantes y texturas especiales para celebrar quién soy por dentro y por fuera. Estoy aquí para recordarles que ser diferente es lo que nos hace extraordinarios".

Los espectadores, otros personajes geométricos, comenzaron a aplaudir y animar a Trixie. Todos podían sentir su personalidad brillar a través de los colores y texturas.

Al final, el jurado compuesto por un pentágono sabio y una estrella de cinco puntas deliberó. Finalmente, el pentágono tomó la palabra:

"Hemos decidido que todos son ganadores porque demostraron su creatividad, pero Trixie nos ha recordado la importancia de ser auténticos. Así que, el premio del segundo lugar también se lo lleva Círculo, porque nos enseñó a divertirnos".

"¡Y Sammy, gracias por traernos disciplina! Cada uno de ustedes tiene algo especial que aportar".

Desde ese día, Trixie ya no fue la tímida figura del país de las formas. Comenzó a crear talleres donde les enseñaba a otros a valorarse y a expresar su creatividad. Círculo y Sammy también se unieron, y juntos aprendieron que cada forma tenía su lugar y su razón de ser.

Así, en el País de las Formas, todos aprendieron que lo que realmente cuenta es ser uno mismo, y que en la diversidad está la verdadera belleza.