El Gran Concurso de Cuentos



En un rincón del mundo, donde la magia y la alegría se entrelazaban, vivían cuatro personajes muy peculiares: la Catrina, la Llorona, una Bruja risueña y el Diablo travieso.

Un día, la Catrina tuvo una idea brillante. "¿Qué les parece si hacemos un Gran Concurso de Cuentos?"- sugirió con entusiasmo. La Catrina, con su elegante vestido decorado de flores y su distintiva calavera, siempre estaba lista para la diversión.

"¡Esa es una excelente idea!"-, exclamó la Bruja, que tenía un sombrero puntiagudo y una bolsa de dulces mágicos. "¿Pero qué premiaremos?"-

"¡A los mejores cuentos!"- contestó el Diablo mientras se encogía de hombros. "Quizá el ganador se lleve un deseo mágico"- añadió mientras sonreía icónicamente.

"Pero, ¿qué tipo de cuentos queremos contar?"- preguntó la Llorona, quien a pesar de su nombre, tenía una voz melodiosa que encantaba a todos. "Podrían ser historias que inspiren a otros, llenas de valentía y amistad."-

"¡Perfecto!"- dijo la Catrina. "Podemos escribir sobre aventuras, sobre cómo hacer el bien y ayudar a los demás"-.

Y así, cada uno se dispuso a escribir su cuento. La Bruja optó por hablar de una jovencita que aventuraba a un bosque encantado donde todos los animales hablaban, mientras el Diablo decidió contar la historia de un pequeño que se enfrentaba a su miedo más grande: la oscuridad. La Catrina compartió un relato sobre un pueblo que aprendía a vivir en armonía con la muerte, y así la Llorona, a pesar de su nombre, escribió un cuento sobre el poder de la amistad y la superación de tristeza.

Cuando llegó el día del concurso, todos los personajes se reunieron en un claro iluminado por la luna. Catrina tomó la palabra. "¡Comencemos!"- Pero antes de iniciar, el Diablo sugirió. "Para hacer esto más emocionante, hagamos una segunda ronda de cuentos, pero con un giro: ¡los narradores tendrán que improvisar mientras escuchan a los demás!"-

Todos se rieron ante la idea, y así lo hicieron. La Bruja, que tenía un magnífico sentido del humor, empezó a contar sobre una escoba que soñaba con ser una estrella de cine. "¡Y un día la escoba voló tan alto que se encontró con el Rey de los Cielos!"- agregó mientras gesticulaba con su varita mágica.

La Llorona, unimantal, se reía con las travesuras de la escoba. "Y el Rey de los Cielos le dijo: '¿Quieres ser parte de mi troupe de circo?"- replicó, provocando carcajadas entre sus amigos.

Finalmente, el Diablo, tras escuchar toda la diversión, decidió sumarse. "¡Y así la escoba se convirtió en la estrella del circo, haciéndoles reír a todos los nublados que estaban tristes!"-

Luego de muchas risas y de escuchar historias, la Catrina propuso un gran final. "Hagamos un libro con todas nuestras historias y lo compartamos con el mundo. La gente necesita reír y soñar. Además, así nunca olvidarán que todos, incluso los más peculiares, podemos ser parte de una gran aventura"-.

Todos estuvieron de acuerdo y pasaron la noche trabajando juntos, organizando y uniendo sus relatos. Al amanecer, los cuatro personajes miraron orgullosos lo que habían creado.

"¡Este libro va a hacer sonreír a muchos!"- dijo la Llorona, con alegría. "Cada cuento lleva consigo un pedacito de nosotros"-.

Así, el Gran Concurso de Cuentos no solo se convirtió en un evento divertido, sino en un proyecto que uniría corazones a través de la magia de contar historias.

Desde entonces, la Catrina, la Llorona, la Bruja y el Diablo contaron cuentos a todos los rincones del mundo, enseñando que aunque diferentes, todos somos capaces de crear la magia más hermosa que existe: la amistad.

Y así, cada vez que alguien abría el libro, una sonrisa nacía en su rostro, y el espíritu de la Catrina, la Llorona, la Bruja y el Diablo brillaba más que nunca.

FIN.

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