El Gran Concurso de Dibujos



Era un día soleado y brillante en el barrio de La Estrella. Juanito y su mamá, Soledad, habían decidido hacer algo divertido juntos.

"¡Mamá!", exclamó Juanito, "¿quieres que dibujemos algo?" "¡Por supuesto, mi amor!", respondió Soledad con una gran sonrisa. Ambos se sentaron en la mesa del comedor, rodeados de lápices de colores, hojas blancas y una gran jarray de pintura. "¿Qué te gustaría dibujar primero?", preguntó Soledad. "¡Un dragón!", dijo Juanito emocionado.

"¡Genial! Pero no cualquier dragón, uno que pueda volar y lanzar estrellas de colores", sugirió Soledad. Juanito pensó un momento y luego asintió, "¡Sí! Y que tenga muchos amigos en el bosque." Los dos comenzaron a dibujar.

Juanito se concentró en las escamas del dragón, mientras que su mamá dibujaba un hermoso bosque lleno de árboles y flores. "Mirá, Juanito, así podemos hacer el dragón con un fondo de su hogar," dijo mientras coloreaba con alegría.

Después de un rato, Juanito se sintió un poco inquieto. "Mamá, creo que no me sale bien. El dragón parece una zanahoria", dijo con un poco de frustración.

Soledad se rió suavemente y le dijo: "A veces, las cosas no salen como queremos en el principio. Pero eso no significa que no se puedan mejorar. Lo importante es intentarlo y disfrutar del proceso." Juanito miró su dibujo y sonrió un poco.

"Tenés razón, voy a agregarle alas de mariposa para que se vea más mágico." Mientras continuaban con sus dibujos, Soledad tuvo una idea brillante. "Juanito, se está acercando el concurso de arte del barrio.

¿Qué te parece si enviamos nuestra obra?" "¡Sí! ¡Sería genial! Pero, ¿crees que podamos ganar?" "El verdadero premio es pasar tiempo juntos y aprender algo nuevo. Pero, ¿y si nos inspiran otras ideas?", sugirió Soledad.

Así que decidieron salir al parque para buscar inspiración. Al llegar, se encontraron con muchos niños dibujando y pintando. "Mirá, mamita, ¡todos están haciendo cosas hermosas!", dijo Juanito con asombro. De repente, una niña se acercó a ellos.

"Hola, ¿puedo ver lo que dibujan?" "Claro, ¡estamos haciendo un dragón que lanza estrellas!", dijo Juanito con entusiasmo. La niña se quedó fascinada. "¡Wow! Nunca vi algo así. Me gustaría hacer uno también, pero no sé dibujar bien."

Juanito se sintió inspirado por su nueva amiga. "¡No te preocupes! Vení a dibujar con nosotros. ¡Te mostraremos!" Mientras los tres niños se acomodaban para dibujar juntos, Soledad sonrió al ver a su hijo ayudando a otros.

"Eso es lo hermoso de dibujar, Juanito. No es solo sobre lo que hacemos, sino sobre compartir y aprender de los demás también." Después de un tiempo, todos tenían sus propios dragones mágicos, cada uno más colorido y diferente que el anterior.

"¡Miren qué bien nos quedaron!", exclamó Juanito, y todos se rieron. El día del concurso llegó y Juanito, junto a su madre y sus nuevos amigos, presentó sus dibujos. "Estoy tan orgullosa de vos, Juanito.

No solo por tu dibujo, sino por cómo alentaste a todos", le dijo Soledad mientras miraban su obra expuesta. Al final, el jurado otorgó premios a los dibujos, pero lo más valioso fue el tiempo que cada uno pasó creando y apoyándose entre sí.

"Mamita, al final no gané el primer lugar, pero me divertí muchísimo", dijo Juanito con una gran sonrisa. "Eso es lo más importante, mi amor.

La creatividad y la diversión son los verdaderos tesoros de cada experiencia," respondió Soledad abrazándolo. Desde ese día, Juanito y Soledad continuaron dibujando juntos, sabiendo que cada trazo podía llevarlos a una aventura mágica y a momentos inolvidables, incapaces de dejar de aprender y compartir su amor por el arte.

Así, Juanito nunca olvidó que dibujar era una forma de conectar no solo con su imaginación, sino también con los demás.

FIN.

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