El Gran Concurso de Figuras 2D
En el colorido pueblo de Geometrópolis, donde las casas eran triángulos, las plazas cuadrados y los árboles círculos, había un entusiasmo especial en el aire. ¡Era el día del Gran Concurso de Figuras 2D!
Los niños del pueblo, liderados por Lía, una chica curiosa y entusiasta, se reunieron en la plaza central. Lía siempre había tenido una gran pasión por las formas y las figuras.
"¡Chicos, tenemos que descubrir las figuras que podemos construir!", dijo Lía con una gran sonrisa.
Sus amigos, Tomás y Mateo, estaban listos para ayudarla.
"Vamos a hacer algo grandioso, Lía!", exclamó Tomás, entusiasmado.
"¿Pero cómo sabemos qué figuras podemos crear?", preguntó Mateo, algo inseguro.
"¡Vamos a usar nuestra imaginación y nuestras habilidades para descubrirlas!", propuso Lía con confianza.
Los tres amigos decidieron dividirse en grupos para explorar el pueblo. Mientras Lía y Tomás iban a la biblioteca a investigar sobre las figuras, Mateo, que siempre tenía una gran observación, se dio cuenta de algo curioso.
"¡Chicos! Miren esas sombras en el suelo", señaló Mateo, apuntando a las formas que las nubes arrojaban sobre el pasto.
"¡Son figuras 2D!", dijo emocionada Lía.
"Y tienen diferentes tamaños y formas. ¡Como en un rompecabezas!", añadió Tomás, mirando hacia arriba.
Durante su búsqueda, se toparon con la anciana Doña Geometría, que siempre tenía sabiduría para compartir.
"¡Hola, pequeños! ¿Qué andan buscando?", preguntó ella, sonriendo.
"¿Podrías ayudarnos a aprender sobre figuras 2D? Tenemos que prepararnos para el concurso!", respondió Lía.
Doña Geometría asintió con la cabeza.
"Claro, pero antes, deben prometirme que usarán su imaginación y creatividad. Las figuras pueden ser tan divertidas como ustedes quieran."
Los niños prometieron que harían lo mejor posible y Doña Geometría les enseñó sobre triángulos, cuadrados, círculos, rectángulos, y más. Juntos, comenzaron a comparar las figuras, identificando sus diferencias y similitudes.
Con el tiempo, los amigos se sintieron más seguros.
"¡Miren lo que hice!", exclamó Tomás, mostrando un enorme triángulo dibujado en su cuaderno.
"¡Y yo un círculo!", dijo Lía.
"¡Yo hice un rectángulo!", agregó Mateo sorprendido.
Los tres estaban emocionados, sin embargo, a medida que se aproximaba el día del concurso, la ansiedad comenzó a crecer.
"¿Y si no es lo suficientemente bueno?", se preocupó Mateo.
"No debemos pensar en eso. Lo importante es que estamos aprendiendo y disfrutando juntos", contestó Lía.
El día del concurso llegó y todos los niños del pueblo presentaron sus creaciones. Lía se animó a mostrar su conjunto de figuras.
"Yo hice un paisaje con un triángulo como montaña, un círculo como sol y un cuadrado como casa", dijo con alegría.
"¡Y yo un auto rectangular!", aplaudió Tomás.
"Y yo he hecho un juego de rompecabezas con mis figuras!", gritó Mateo emocionado.
El jurado estaba impactado con la creatividad de todos. Pero de repente, algo inesperado sucedió: ¡una tormenta se desató! Las nubes oscurecieron el cielo y las figuras comenzaban a volar. Todos los niños miraban con temor cómo su trabajo se desmoronaba.
"¡Debemos unirnos y hacer una gran figura que resista la tormenta!", propuso Lía.
No pasó mucho tiempo antes de que todos hicieran una gran figura colaborativa. Usando triángulos, círculos, y cuadrados, crearon un enorme castillo de papel que los protegió de la tormenta.
"¡Hicimos una gran figura juntos!", gritó Tomás emocionado mientras la tormenta pasaba.
Cuando todo terminó, todos los niños sonrieron y aplaudieron.
"Lo que aprendimos hoy fue más que hacer figuras, fue trabajar en equipo y usar nuestra imaginación", dijo Lía.
"Sí, ¡y eso para mí es lo más importante!", añadió Mateo, sintiendo el orgullo de lo que habían logrado.
Nadie ganó ni perdió; todos aprendieron a descubrir, comparar y construir figuras 2D, ¡y eso fue lo que realmente importó! Desde aquel momento, el pueblo de Geometrópolis no solo se llenó de figuras, sino también de amistad y colaboración.
FIN.